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Homeopatía

La homeopatía no aprueba estadística

En un interesante y divertido artículo publicado hace apenas unos meses, la homeopatía suspendía en matemáticas. Nosotros hemos decidido examinarla en otra disciplina próxima de la que somos profesores: la estadística.

La venta de productos homeopáticos cae un 24% en el último año en España / Getty Images

Madrid

Los ensayos clínicos sobre cualquier medicamento se llevan a cabo siguiendo el método científico. En primer lugar se suministra un placebo a un grupo control, de forma que se puedan comparar los efectos del medicamento que recibe el grupo experimental.

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En segundo lugar, los experimentos son de doble ciego. Esto significa que ni los pacientes ni el investigador saben qué individuos están asignados a cada uno de los dos grupos anteriores. El objetivo es evitar sesgos, aunque sean inconscientes, en el proceso experimental.

Una vez obtenidos los resultados es necesario analizarlos estadísticamente. Para eso se contrasta una hipótesis nula con la llamada hipótesis alternativa. Esta última es la que pretende probar el investigador. Veamos un ejemplo:

En un estudio sobre la eficacia de un medicamento, la hipótesis nula (H₀) sería que este tiene un efecto indistinguible del placebo. Es decir, que no funciona. La hipótesis alternativa (H₁) sostendría que su efecto es superior al del placebo. Es decir, que el fármaco es mejor que nada.

Solo si los datos apuntan a una fuerte evidencia en contra de la hipótesis nula la rechazaremos y concluiremos que, efectivamente, la hipótesis alternativa parece ser correcta y el medicamento funciona. Existen otros requisitos, como el tamaño mínimo de cada grupo, para que los resultados tengan validez estadística, pero quedémonos por el momento con lo expuesto hasta ahora.

Del laboratorio a la imprenta

Una vez que se ha realizado el experimento, los investigadores redactan un artículo y lo envían a revistas especializadas. Así sus descubrimientos son conocidos por el resto de especialistas. El trabajo puede ser aceptado o rechazado por la revista y, en teoría, los criterios de decisión son el interés y novedad de la investigación, así como el rigor metodológico con que se ha llevado a cabo.

En la práctica, es inevitable que aparezca lo que se conoce como sesgo de publicación: es más probable que sea aceptado un artículo con resultados positivos (el tratamiento funciona) que uno con negativos (el tratamiento no funciona), cuando esto también es relevante desde el punto de vista de la investigación.

Hechas estas aclaraciones, procedamos a analizar lo que sabemos sobre los ensayos clínicos llevados a cabo con productos homeopáticos.

A la homeopatía no le salen las cuentas

Comenzaremos con el análisis de Linde et al (1997) publicado en la revista médica The Lancet, una de las mejores del mundo por índice de impacto. Este trabajo es lo que se conoce como meta-análisis: una investigación que examina los resultados de un gran número de artículos de distintos autores, a fin de alcanzar conclusiones lo más generales posible.

Según el análisis, los resultados “no son compatibles con la hipótesis de que los efectos clínicos de la homeopatía se deben completamente al placebo. Sin embargo, no se encontraron pruebas suficientes a partir de estos estudios de que la homeopatía sea claramente eficaz para cualquier afección clínica individual”.

Es la primera parte de esta conclusión la que ha sido utilizada hasta la saciedad por homeópatas para justificar la validez de sus teorías, pero existe un pequeño problema. O, mejor dicho, tres.

Como se indica en las propias conclusiones, no se encontraron pruebas de que la homeopatía sea eficaz para cualquier afección clínica individual.

En este meta-análisis se menciona la necesidad de más estudios homeopáticos rigurosos, lo que parece una crítica al rigor de los trabajos en este campo.

Los propios autores, en un trabajo posterior (1999), reconocían que debido a la presencia de sesgos en el artículo original habían sobreestimado, como mínimo los efectos de los tratamientos homeopáticos.

No diga homeopatía, diga placebo

Unos años después, Shang et al (2005) publicaron en The Lancet un nuevo meta-análisis que levantó ampollas entre los defensores de la homeopatía. En este trabajo se compararon 110 experimentos homeopáticos con otros 110 de medicina convencional de las mismas áreas médicas.

Sus conclusiones son bastante reveladoras: cuando se analizan los ensayos de mayor calidad metodológica, que mejor cumplen con los requisitos exigidos por el método científico, la homeopatía es compatible con el efecto placebo.

Las razones técnicas para esta afirmación se resumen en la siguiente frase:

“La razón de probabilidades fue de 0,88 (IC al 95%: 0,65-1,19) para la homeopatía (ocho ensayos) y de 0.58 (0.39-0.85) para la medicina convencional (seis ensayos)”.

Veamos qué significa esto.

En primer lugar, la razón de probabilidades es un concepto aplicado en estudios médicos. Toma valores entre cero e infinito y, aunque su interpretación no es sencilla, basta indicar que es una medida de la eficacia de un tratamiento. Si su valor es inferior a 1, el medicamento es efectivo. Si es 1, su efecto es análogo al de un placebo.

En segundo lugar, IC hace referencia al intervalo de confianza, en este caso a un nivel del 95 %. Esta es una forma habitual de trabajar en ciencia: en lugar de proporcionar un valor único, se ofrece un rango en el que tenemos cierta seguridad de que está el parámetro buscado.

Si quisiéramos saber el peso medio de las mujeres españolas, ante la imposibilidad de preguntar a todas, haríamos un muestreo. Según los resultados concluiríamos que el peso medio real se encuentra en un intervalo de, por ejemplo, 60 y 64 kg, con un nivel de confianza del 95 %. El nivel de confianza es una medida de cómo de seguros estamos, y el 95 % es una medida estándar en ciencia.

En este caso, dado que el intervalo de confianza para la razón de probabilidades de los productos homeopáticos incluye al 1 (IC de 0,65-1,19), aparece el problema. Con un nivel de confianza del 95 % no podríamos rechazar la hipótesis nula de que el efecto observado es indistinguible del placebo para los medicamentos homeopáticos. Por otra parte, sí podríamos rechazarla para el caso de la medicina convencional (IC de 0.39-0.85).

Meta-análisis e informes

En 2010, Ernst llegaba a la conclusión de que los estudios disponibles hasta el momento no mostraban que los medicamentos homeopáticos tuviesen efectos más allá del placebo.

Ese mismo año, el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes de Reino Unido emitía un informe en el que afirmaba que “las revisiones sistemáticas y los meta-análisis demuestran de manera concluyente que los productos homeopáticos no funcionan mejor que los placebos”.

En 2015, el Consejo Nacional de Salud del gobierno Australiano, tras una extensa revisión de la literatura académica, concluía que “no hay condiciones de salud para las cuales exista evidencia fiable de que la homeopatía sea efectiva”.

Jose Luis Arroyo Barrigüete, Profesor de Métodos Cuantitativos, Universidad Pontificia Comillas y Francisco Borrás Palá, , Universidad Pontificia Comillas

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

 
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