Se busca al dueño de un misterioso USB hallado entre las heces congeladas de una foca
El dispositivo cuenta con un gran número de fotografías y vídeos relacionados con estos animales
Madrid
En noviembre de 2017, un grupo de científicos del Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (NIWA) y voluntarios de la organización LeopardSeals recolectaban heces de foca leopardo en varios enclaves del país con el objetivo de estudiar la alimentación y la salud de estos animales característicos de la Antártida.
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Un año más tarde, y después de descongelar una de las muestras extraídas de la playa Oreti de Invercargill, los científicos descubrieron una memoria USB en el interior de una de estas heces. Un dispositivo que, tal y como explica el NIWA a través de su página web, estaba en perfecto estado a pesar de llevar más de un año congelado dentro de un excremento.
El USB funcionaba perfectamente tras un año congelado entre heces
Por esa misma razón, los investigadores dejaron descongelar el USB durante varios días para poder meterlo en un ordenador y descubrir el tipo de contenido que podía guardar. Gracias a ello, el equipo de investigación no solo llegó a la conclusión de que el dispositivo funcionaba perfectamente, sino que descubrió un gran número de vídeos y fotografías.
Según narra el Instituto, esta memoria estaba repleta de vídeos y fotos de unas vacaciones en la isla neozelandesa de Porpoise Bay. Concretamente, fotografías de leones marinos y un vídeo en el que se puede ver a una persona montada sobre un kayak que se encuentra con una leona marina y su cría. Tras descubrir estas imágenes, el NIWA busca al dueño del USB: "¿Reconoce este vídeo?".
Los microplásticos en las heces humanas
A pesar de que el hallazgo del USB entre las heces de la foca haya sido tratado desde un punto humorístico por el propio Instituto, se trata del enésimo ejemplo que nos demuestra que nuestros mares y océanos están repletos de todo tipo de desechos. Desde anillas de plástico de todo tipo hasta el yogur de origen coreano que llegó a una playa de Lanzarote.
Unos microplásticos que llegan hasta nuestras heces, tal y como demostraba el pasado mes de noviembre un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Medicina de Viena y de la Agencia Medioambiental de Austria. Después de analizar las heces de ocho participantes, los investigadores descubrieron que el plástico estaba presente en los excrementos de todos ellos. Por lo tanto, el hecho de que se haya encontrado un USB entre las heces de una foca es anecdótico, pero se convierte en un claro ejemplo de todo lo que puede acabar en nuestros océanos e incluso en el vientre de nuestros animales.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...