Los dientes del lobo

Madrid

Durante la jornada de ayer los abogados defensores tuvieron tiempo de expresar los inconvenientes de este proceso y su valoración política con las alegaciones de vulneraciones de derechos y la falta de pruebas fundamentales para su defensa. Una jornada tranquila en la que fueron los protagonistas y de la que salieron muy satisfechos. Sin embargo hoy han visto cual va a ser el tono, ritmo y sentido de la acusación del ministerio fiscal en la defensa del Estado de Derecho.

El fiscal de Sala, Javier Zaragoza se ha empleado a fondo con un alegato cercano a una hora de duración en la que ha rebatido algunas de las cuestiones planeadas pero que ha querido escenificar primero con dos reflexiones para general conocimiento.

Los argumentos de las defensas, ha dicho Zaragoza, parecen "libelos acusatorios con una visión distorsionada de la realidad" en los que han cuestionado la calidad democrática de España y eso no es tolerable.

No hay causa general contra el independentismo y no son víctimas de nada, ha matizado el fiscal que acusa a los diligentes que se sientan en el banquillo de querer arrebatar las libertades a todos los españoles. Zaragoza ha dicho que es una falacia de dimensiones colosales pretender hacernos creer que se les persigue por sus creencias políticas.

Unas reflexiones que dejan entrever cual va a ser el tono, educado pero intransigente durante el interrogatorio que comenzara mañana con Oriol Junqueras. La intervención de la Abogacía del Estado ha aportado técnicamente poco salvo para intentar convencer al tribunal de su legitimación para ejercer la acusación contra algunos procesados por el delito de sedición y no por malversación, ya que el abogado del Estado defiende los supuestos perjuicios causados al Estado por un gasto de dinero publico con el que sufragar el referéndum.

Los abogados de Vox han visto también como el tribunal frenaba su primera intención para evitar el uso de los lazos amarillos. El tribunal ya había deliberado en sus sesiones preparatoria sobre este particular y lo tenia muy claro. Nada impide que los acusados usen los lazos amarillos como tampoco hay inconveniente en que los utilice el publico siempre que no sirva de enfrentamiento con otras opiniones.

Finalizada la primera parte del juicio, sobre las cuestiones previas, los abogados han podido percatarse de la intensidad y ritmo que seguirán en las próximas sesiones. Han podido ver que no va a ser un paseo triunfal y, por primera vez, ha visto la sonrisa al lobo. Todavía falta ver como muerde.