Un estudio revela cómo confunde esta ilusión óptica a tu cerebro
Un grupo de investigadores analiza el cerebro de 42 personas para descubrir el misterio tras la ilusión Pinna-Brelstaff
Madrid
Desde que la publicara en el año 2000, la ilusión óptica de Pinna-Brelstaff es considerada como uno de los efectos visuales más populares del mundo. Una imagen, que nos insta a fijar nuestra mirada en el punto central de una serie de círculos de diferentes colores, que se mueve como por arte de magia frente al espectador. Los naranjas en el sentido de las agujas del relojes y los azules al contrario.
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Sin embargo, nada está en movimiento. Hasta la fecha sabíamos que el efecto de sombreado de los distintos círculos es uno de los principales factores que ayuda a la imagen a engañar al cerebro humano para que parezca que se está moviendo. Ahora, un nuevo estudio desarrollado la Academia de Ciencias de China revela nuevos detalles sobre esta ilusión óptica.
La ilusión óptica que engaña al cerebro
Según ha dado a conocer el equipo liderado por Junxiang Luo, a través de un artículo publicado en la revista de divulgación científica The Journal of Neuroscience, la ilusión óptica es capaz de engañar al cerebro debido a la forma en la que nuestro órgano percibe la imagen. A pesar de que lo hace con las mismas neuronas con las que captamos el movimiento real, los investigadores aseguran que lo hace con un ligero "retraso" de unos milisegundos.
Concretamente 15. Después de analizar los cerebros de un grupo de monos que se enfrentaron a esta ilusión óptica, los investigadores han llegado a la conclusión que el cerebro utiliza estos 15 milisegundos para registrar la diferencia entre el movimiento ilusorio y el movimiento real. Por lo tanto, el tiempo que tarda en reflexionar sobre la imagen es el que provoca este movimiento en la ilusión de Pinna-Brelstaff.
Así se llevó a cabo el estudio
Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional, que fueron presentadas frente a un grupo de 42 humanos. A continuación, el equipo de investigación mostró las mismas imágenes a un grupo de macacos rheus machos, a quines les insertaron electrodos en sus cerebros para analizar su actividad.
Después de comprobar que los humanos y los monos tuvieron respuestas similares, los investigadores llegaron a la conclusión de que es bastante probable que los monos perciban la ilusión de manera similar. Por esa misma razón, y después de analizar la actividad neuronal de los monos, los investigadores dieron con este retraso de 15 milisegundos que provoca esta ilusión óptica.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...