Absuelto el dueño de un bar porque no sabía que ponían la música demasiado alta
Los jueces entendieron que no tenía por qué saber que la música de su local estaba demasiado alta
La Audiencia de Madrid declaró probado que incluso una vecina tuvo que mudarse por el ruido
Madrid
La Fiscalía ha decidido llevar ante el Tribunal Supremo la absolución del dueño de un bar de copas de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, llevado al banquillo porque el ruido de su local empujó incluso a una vecina a mudarse y abandonar su casa. Los jueces consideraron que, tras un cierre del local y una multa de 5.000 euros, no hay pruebas de que el dueño supiese del daño que estaba causando a sus vecinos con el ruido del pub.
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Los hechos fueron denunciados por una vecina por primera vez en julio de 2015, cuando abandonó la casa que había empezado a alquilar hace poco tiempo por el ruido exagerado del local. La Policía Municipal comprobó que el nivel de la música, tanto dentro del local como de las casas cercanas, superaba con creces los decibelios máximos permitidos por la Ordenanza del municipio. El local incluso fue cerrado entre marzo y agosto de 2016, el consistorio le impuso una multa de 5.000 euros y un año después la Policía comprobó que un botón permitía saltarse el control del limitador de sonido instalado mientras seguían las quejas de los vecinos.
El fiscal César Estirado pidió cuatro años de cárcel para el dueño del bar, además de indemnizaciones de 6.000 euros para cada uno de los vecinos afectados por el alto nivel de la música, y la Audiencia Provincial de Madrid apreció que “se ha puesto en peligro grave la salud de las personas vecinas del bar”, pero ha decidido absolver a dueño al entender que no tenía por qué saber que su local hacía imposible la vida de sus vecinos.
No sabía nada
En su sentencia, la sección primera de la Audiencia Provincial de Madrid opta por absolverle al entender que no hay pruebas de que conociese los efectos de la música alta de su local: el cierre del local durante meses, las veces que la Policía Municipal se personó en el bar y la multa de cinco mil euros “no implica que se representara el riesgo que se creaba para el medio ambiente y la salud de las personas”. Afirma que ningún vecino se quejó directamente ante él por los ruidos y que no estuvo presente en algunas mediciones, así que no encuentra dolo, aunque sí “queda cumplido el tipo penal objetivo” del delito contra el medio ambiente que le imputada la Fiscalía.
Fuentes del caso confirman a la Cadena SER que el Ministerio Público ha decidido llevar el caso ante el Tribunal Supremo, al considerar inviable concluir que el dueño del bar no tenía por qué conocer los efectos de la música de su local si incluso tenía un sistema para saltarse la limitación del sonido. Estas mismas fuentes consideran que estos razonamientos podrían sentar un “precedente” que haría mucho más complicado condenar al responsable de un bar, aunque los efectos de su música alta hayan quedado sobradamente probados.