Luis Suárez impone la ley del gol

Madrid

En el 13’ ya la estaba liando Vinicius dentro del área, donde cayó derribado tras un contacto de Semedo que Sánchez Martínez no interpretó suficiente para pitar penalti. Siguió dándole la tarde a Sergi Roberto el chico de 18 años en el que no confió Lopetegui en el que acabó convirtiéndose en uno de sus mayores errores. Sin embargo, la mandó arriba en posición muy clara de gol después de un buen balón de Benzema. Se la volvería a poner el ‘9’ con alma de diez al brasileño, al que se la sacaría Ter Stegen con una valiente parada de balonmano, con un gesto técnico por el cual no dejaba ni un centímetro de espacio para que pasara el balón.

También el Barcelona demostró tener peligro, aunque con cuentagotas, y en las botas de Dembélé, que puso un balón de oro en el 29’, que no encontró rematador tras pasearse por delante de la portería de Keylor Navas.

Y entonces llegaría la mejor hasta el momento para los blancos en el minuto 36. Balón lleno de calidad de Casemiro a la espalda del Barcelona para dejar a Vinicius mano a mano con Ter Stegen. El brasileño es lento en el control y desaprovecha la oportunidad, pero un rechace le favorece y entonces sí, habilita bien para Benzema, que remata defectuosamente y se encuentra una vez más con el muro alemán. No desfalleció el Real Madrid, que siguió con su avasallamiento a la portería del Barcelona. En el siguiente minuto el Real Madrid triangula con éxito, Casemiro abre para Reguilón, que la pone para que Vinicius la empuje a gol, pero el brasileño falla otro gol cantado. Tres goles fallados y su reacción es ponerse en pie tras el remate y levantar al Bernabéu con un gesto que hace enloquecer al estadio.

También en la segunda salió el Madrid mandando, pero fue el Barcelona el que, por vez primera, golpeó. Acción de Dembélé por la izquierda que la pone atrás para que la enchufe el uruguayo y haga el importantísimo 0-1. Tres ocasiones clarísimas de Vinicius, una de Benzema y cero goles. La primera que tuvo Suárez, para la red. Matador uruguayo.

Ahí es cuando se volcó el Real Madrid, con total actitud y quizá algo falto de tranquilidad, a por la victoria. Y las volvió a tener. Kroos arriba desde la frontal, Casemiro de cabeza desviado y un paradón sobresaliente de Ter Stegen. Otra gran acción de Vinicius por la izquierda, que la pone perfecta para el remate de cabeza de Reguilón, al que llega el portero alemán para salvar a los suyos una vez más. La siguiente acción, en el 66’ sería la última oportunidad de los blancos, como un destello de lo que fue el partido. Jugada maradoniana de Vinicius que deja tirados en la misma jugada a Busquets, Piqué –en el suelo- y Semedo y remata desde dentro del área. El resultado, de nuevo fuera, tras tocar en un culé.

Y entonces le tocó al Barcelona, que mató al Real Madrid en dos acciones. Pase de Semedo con absoluta facilidad para Dembélé, que se planta dentro del área y la pone al segundo palo, donde Varane se mete en propia ante el colmillo de Suárez. La segunda, Suárez se la guisa con una jugada dentro del área que deja tirado a Casemiro, quien le derriba. Y se la come también el charrúa con una obra de arte desde los 11 metros, a lo Panenka.

El Barcelona se mete en la final de Copa del Rey, una Copa en la que ya tiene un lugar de honor. No fue superior, fue poco brillante como durante toda la temporada y además no apareció Messi, el factor diferencial. Pero apareció Suárez, para poner la definición y el gol, lo que le faltó a un Real Madrid que ha recuperado la alegría con Vinicius, pero al que le está siendo imposible no echar de menos a Cristiano Ronaldo.