Declaran los Mossos que advirtieron de los "problemas de orden público" el 1-O
Emili Quevedo y Manel Castelvi declaran como testigos este jueves por la tarde
Negaron recibir instrucciones políticas para el 1-O pero criticaron a Carles Puigdemont
Madrid
Si no hay cambios en el calendario, este miércoles el juicio al procés escuchará dos testimonios que también pueden ser clave en la acusación por rebelión: dos altos mandos de los Mossos d'Esquadra que ya ante el juez criticaron con dureza la gestión que hizo Carles Puigdemont del operativo del 1-O pero que negaron haber recibido ninguna orden política. Son Manel Castellví, entonces jefe de Información, y Emili Quevedo, entonces jefe de Planificación y Seguridad.
Los dos pasaron por el despacho del juez Pablo Llarena en febrero del año pasado y los dos defendieron la actuación de la policía autonómica catalana en las dos fechas clave para la acusación por rebelión: el 20 de septiembre de 2017 y el 1 de octubre. "Nunca nos dieron órdenes y no las hubiéramos aceptado", dijo contundente Castellví, negando que el entonces conseller Joaquim Forn o el president Carles Puigdemont condicionasen su actuación con criterios políticos tal y como han afirmado esta semana testigos como Enric Millo o Diego Pérez de los Cobos.
No hubo órdenes políticas, según su versión, pero sí una insistencia en que la misión de la Generalitat era permitir el referéndum y no impedirlo, como había ordenado la Justicia. "Fue una reunión frustrante, nos dijeron que había un mandato del pueblo, una acción de Gobierno y que se debían a ella", asegura que les dijo Carles Puigdemont en un momento dado, según Castellví. "No nos dieron ninguna instrucción en ese sentido, que recibían el mensaje pero que no iban a variar sus planes en este sentido", puntualizó Quevedo.
Reproches a Puigdemont y Forn, en cualquier caso, por sus declaraciones públicas en las que aseguraban que la policía autonómica catalana dedicaría sus esfuerzos a permitir el referéndum: mostraron su "disconformidad con algunas manifestaciones que estaban haciendo esos días, como que el cuerpo iba a facilitar la votación como si fuese una jornada electoral normal. También les reprochamos que se estaba usando de forma inapropiada el concepto de los principios de actuación", explicó Quevedo.
"Problemas de orden público"
Ninguno de estos dos altos cargos de los Mossos d'Esquadra, según dijeron al juez Llarena, tenían entre sus previsiones un escenario con centenares de heridos pero sí explicaron su deber era "advertir de que podría haber problemas de orden publico el 1-O por la alta movilización de personas que se preveía, dijo Quevedo.
Manel Castellví, alto mando de los Mossos, desvela lo que dijo Puigdemont antes del 1-O
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El mismo alto mando de los Mossos reconoció que el 20 de septiembre, ya al final de la jornada, detectaron que "había un problema real e importante de orden público, lo que llevó a utilizar la fuerza fue que se estaba visionando que había actos de vandalismo y se estaban quitando objetos de los vehículos policiales".
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