Primer amerizaje espacial en 44 años

Madrid

La cápsula se llama “Dragón”, ha sido diseñada por la compañía estadounidense Space X (propiedad del visionario Elon Musk) y dispone de un fuerte escudo térmico para poder aguantar las altas temperaturas que se producen cuando se atraviesa la atmósfera terrestre durante la maniobra de reentrada a la Tierra.

Después de atravesar la atmósfera, cuatro paracaídas se han desplegado y han depositado, de forma suave, esta nave espacial sobre la superficie del Océano Atlántico, donde ya estaba preparado un barco ( el “Go Searcher”) para poder recuperar este vehículo espacial.

Sin astronautas

 Al tratarse de su primera misión, la nave Dragon no tiene astronautas a bordo, pero sí lleva un tripulante: un maniquí, llamado Ripley, que está cubierto de sofisticados sensores para que los técnicos de Space X puedan, a partir de ahora, analizar todos las consecuencias de este vuelo sobre el cuerpo humano.

 Si se confirma que todos los equipos funcionaron bien, la NASA tiene previsto aprobar el uso de esta nave para misiones tripuladas al espacio. Y éste es un paso importante, porque, desde hace 8 años, Estados Unidos carece de naves espaciales capaces de llevar astronautas y se ve obligado a usar las “Soyuz” rusas.

 Dos naves privadas

 La NASA ha financiado la construcción de Dragon, la primera nave espacial privada de la historia, y también de “Starliner”, otra cápsula para astronautas, que está desarrollando la compañía Boing y que tiene previsto realizar su primer vuelo de prueba el próximo mes de abril.

 Agencia Espacial de Estados Unidos confía tanto en el éxito del programa espacial de Space X, que ya ha seleccionado a sus primeros astronautas para volar a bordo de un Dragón tripulado.