La ultraderecha se queda a las puertas de ganar las elecciones en Finlandia
Los socialdemócratas se imponen a la ultraderecha por estrecho margen en Finlandia
Los partidos de izquierda sumarían 76 de los 200 diputados, mientras la derecha y el centro suman 107 representantes
Helsinki
El Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP) ha sido la formación más votada en las elecciones legislativas de este domingo con un 17,7 por ciento de los votos, apenas dos décimas por delante del ultraderechista Partido de los Finlandeses, antes conocidos como Verdaderos Finlandeses.
Los votos del SDP se traducirán según las proyecciones en 40 del total de 200 escaños del Parlamento finlandés, mientras que el Partido de los Finlandeses controlará 39 escaños (el 17,5 por ciento de los apoyos). Los comicios han deparado un Parlamento muy fragmentado. De hecho, es la primera vez en la historia del parlamentarismo finlandés en la que ningún partido supera un 20 por ciento de respaldo popular.
Por detrás de estos dos partidos se sitúa el conservador Partido de la Coalición Nacional (NCP), con un 17 por ciento de votos y 38 escaños; y del Partido del Centro de Finlandia del primer ministro saliente, Juha Sipila (13,8 por ciento y 31 asientos), unos datos correspondientes al 100 por ciento del escrutinio.
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La ecologista Liga Verde ha obtenido un 11,5 por ciento de votos y 20 escaños y la Alianza de Izquierda se ha situado en el 8,2 por ciento de votos y 16 puestos. Por detrás quedan el Partido Popular Sueco de Finlandia (4,5 por ciento y 9 escaños) y el Partido Cristianodemócrata (3,9 por ciento y 5 representantes).
Reforma Azul, una escisión del Partido de los Finlandeses, en cambio se hunde y apenas logra un 1 por ciento de votos. Los otros dos escaños para sumar los 200 del Parlamento han ido a parar a otros candidatos. La participación ha sido del 72 por ciento.
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Aritmétrica complicada
Con estos datos, el Parlamento estará muy fragmentado y serán necesarias amplias alianzas para lograr un Gobierno estable, aunque los socialdemócratas parecen dispuestos a intentarlo tras su histórica victoria. "La reforma contra el paro y de la educación serán las prioridades del gobierno que lidere el SDP. También los impuestos", ha afirmado el líder del SDP, Antti Rinne, tras declararse vencedor de los comicios.
"Por primera vez desde 1999 somos el partido más votado de Finlandia. El SDP es el partido del primer ministro", ha aseverado Rinne, de 56 años, ante sus seguidores en Helsinki. El líder de los socialdemócratas podría tener opciones para formar gobierno dada la negativa de los líderes de las principales formaciones a pactar con la ultraderecha.
Los aliados naturales del SDP serían los ecologistas y la Alianza de Izquierda. El líder "verde", Pekka Haavisto, ha destacado que son los mejores resultados de la historia para su partido: "Es una tarde muy emocionante para los 'verdes'", ha apuntado.
Desde la Alianza de Izquierda, Li Andersson ha manifestado ya su disposición a recibir una invitación del SDP para abrir negociaciones para la formación de un gobierno de coalición en cuanto se encarge a los socialdemócratas la formación de gobierno.
Entre las tres formaciones de izquierda sumarían 76 de los 200 escaños, mientras que la derecha y la ultraderecha sumarían 69 asientos, lo que convertiría al ahora gobernante Partido del Centro en la llave de la gobernabilidad.
Enfrente, la ultraderecha destacaba sus buenos resultados. "Estamos abiertos a colaborar, pero no a cualquier precio", ha señalado el líder del Partido de los Finlandeses, Jussi Halla-aho. Para Halla-aho, este resultado es "fantástico teniendo en cuenta las encuestas de hace cuatro meses".
Por su parte, un portavoz del gobernante Partido del Centro de Finlandia, Kimmo Tiilikainen, ha reconocido la derrota sin paliativos. "No le demos más vueltas. Es una derrota clara", ha señalado.
Ascenso del nacionalismo
El Partido de los Finlandeses ha aprovechado el sentimiento xenófobo que desde hace unos años sacude a los países nórdicos y una serie de casos de abusos a menores por extranjeros aparecidos a principios de este año.
Dada la proximidad de las elecciones europeas, desde Bruselas están observando estos comicios con cierta tensión, dado que un buen resultado de Los Finlandeses podría alentar el bloque de partidos europeos nacionalistas enfrentados al núcleo europeísta de la UE en las urnas el próximo mes de mayo.
Los socialdemócratas también han resultado beneficiados por la ansiedad de la población; en su caso, por los votantes más mayores, atemorizados por el envejecimiento de la población y la inestabilidad del sistema del bienestar.
"Es una especie de shock cultural el que estamos viviendo en Finlandia", explica la investigadora del think tank e2 Karina Jutila. "Con todos los cambios que están ocurriendo, mucha gente se está inclinando por ir cogidos de la mano con el Partido de los Finlandeses", ha añadido.
El éxito de la izquierda finlandesa marcaría un paréntesis en un periodo de dificultades para el bloque tanto en Finlandia como en la región. En Suecia, por ejemplo, el primer ministro del país, Stefan Lofven, ha conseguido mantenerse en el poder a pesar de sufrir, el pasado otoño, la peor derrota del siglo para su Partido Socialdemócrata, lo que le obligó a comprometerse con partidos de centroderecha.
En Dinamarca también están pendientes de los comicios porque un buen resultado socialdemócrata animaría a su compañero danés en las encuestas, donde están ganando terreno a costa de abrazar parte de una retórica antiinmigración.
Rinne considera que su partido ha adoptado una "vía intermedia" en lo que atañe a la inmigración al favorecer la relacionada tanto con el trabajo -- para compensar el envejecimiento de la población de Finlandia --, pero también favorece que se permita a algunos refugiados por motivos humanitarios, como lo ha hecho el país hasta ahora.