Los verdaderos silencios del debate

Madrid

El acceso de los jóvenes y no tan jóvenes a la vivienda es uno de los problemas crecientes en España. La salida de la crisis con un aumento de la precariedad laboral ha supuesto un freno a las esperanzas de conseguir una emancipación cada vez más tardía en nuestro país. Los españoles son de los últimos en independizarse en la Unión Europea. A los 29,3 años frente a los 21 de los países del norte de Europa. Las razones económicas son la principal causa. Los precios del alquiler se han disparado y acumulan un incremento del 9% desde 2017. Nuestro país también está a la cabeza europea en cuanto a subidas del precio de vivienda con un 7,2% desde 2017.

Seguro que los candidatos a la presidencia del Gobierno conocen estos datos, lo sorprendente es que no hicieran mención en ningún momento del debate a las dificultades para acceder a un techo en España; y sobre todo, qué piensan hacer para remediarlo. Ojalá esta noche tengan mejor memoria cuando se dirijan al electorado. Solo Albert Rivera en el minuto final de su intervención pidió silencio para que escucháramos a la familia que no puede pagar el alquiler. También hubo vacío de propuestas. 

La elocuencia del silencio sobre educación

El silencio puede ser muy elocuente. La falta de ideas sobre cómo mejorar la educación fue especialmente sonora. El candidato del PP, Pablo Casado, se limitó a reiterar una cifra dolorosa, la del fracaso escolar. Un abandono que llega al 17,9% a pesar de ser el más bajo de la década. Colegios concertados, herederos de una falta de plazas públicas que ya desapareció, que siguen financiándose con las arcas del Estado; una formación del profesorado en entredicho o un sistema pedagógico que no sirve para enseñar son algunos de los problemas que adolece la educación en nuestro país. 

Ni una propuesta concreta se escuchó en el debate para mejorar este u otros aspectos. La educación es uno de los pilares de la sociedad y potente herramienta de cambio social. Responsable en los últimos 30 años de que el ascensor social en España se pusiera en marcha. Ahora está atascado. Y la preocupación crece entre los ciudadanos y alcanza al 12% de la población frente al 8,5%, según el último barómetros del CIS. 

Ni una mención al cambio climático 

El cambio climático es un problema global que afecta a todos los ámbitos: desde la salud hasta la economía. Lo último que hemos sabido es que agranda la brecha entre los ricos y los pobres debido, entre otras cosas, a que los países cálidos y que más sufren las consecuencias, son pobres. El empeoramiento de la calidad del aire, la contaminación o las condiciones meteorológicas extremas afectan a nuestra salud. La contaminación en el mundo causan ya cerca de nueve millones de muertes, pero el dato parece no conmover a los candidatos a las presidencia del Gobierno. Al menos, lo suficiente como para plantearlo en un debate electoral que fue seguido, curiosamente, también por cerca de nueve millones de espectadores. 

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Pedro Sánchez hizo mención, al comienzo de una de sus intervenciones, a que este lunes se celebraba el día de la Tierra. No tuvo más recorrido. Mientras, la joven sueca Greta Thunberg y cientos de miles de personas en todo el mundo salen a las calle para pedir medidas que reviertan la situación. 

La cultura, la gran ausente 

Ni cine, ni teatro, ni música, ni danza, ni libros, ni fotografía (excepto la enmarcada por Rivera para Sánchez en la que aparecía con Torra). La cultura no ocupó un solo segundo del debate electoral. Un sector amplio y expansión que en 2017 aportó el 3,3% del PIB y un 3,7% del empleo total, según las cifras del Anuario de estadísticas culturales del Ministerio. La actriz y cantante Leonor Watling tuiteó anoche justo después del debate: "Educación. Cambio climático. Cultura. ¿Hola?". A esta hora lleva más de 1.500 retuits. 

Ni vivienda, ni educación, ni cambio climático, ni memoria histórica, ni deporte, ni eutanasia, ni cultura, ni conciliación, ni salud. La lista es amplia y probablemente incompleta. En cambio son  asuntos que afectan a la vida de los ciudadanos. A todos. Con independencia de ideologías o de a quien voten. Son los silencios elocuentes que se colaban en cada intervención de los candidatos aunque Rivera intentara escenografiar el suyo propio.