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Los portugueses descubrieron Australia 300 años antes de la llegada del Capitán Cook

Nueva evidencia indica que navegantes lusos alcanzaron el mayor territorio de Oceanía en el siglo XVI

Imagen de un cuadro en el que se ve al Capitán Cook tomando posesión de Nueva Gales del Sur. Un nuevo hallazgo pone en duda que Cook fuera el primero en llegar a tierras australianas / Hulton Archive (Getty Images)

Imagen de un cuadro en el que se ve al Capitán Cook tomando posesión de Nueva Gales del Sur. Un nuevo hallazgo pone en duda que Cook fuera el primero en llegar a tierras australianas

Lisboa

Un puñado de cobre podría revolucionar la historia de Australia y Portugal.

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Oficialmente, el británico James Cook fue el primer europeo en desembarcar en tierras australianas en 1770. Sin embargo, varias monedas descubiertas en las australianas Islas Wessel han sido identificadas como incusas de la isla de Kilwa Kisani, uno de los puertos más importantes de la actual Tanzania durante el medievo.

Utilizando el método de carbono, el arqueólogo Mike Hermes ha establecido que las monedas fueron acuñadas a final del siglo XV y, con esta anomalía confirmada, el investigador afirma que queda demostrada la teoría que los navegantes portugueses descubrieron Australia 300 años antes que los ingleses.

Divisa de un puerto africano

Entre los siglos IX y XVI Kilwa Kisani era uno de los puertos más importantes de noreste de África, un sitio donde comerciantes africanos y árabes intercambiaban oro, marfil, joyas, especies y esclavos.

En 1499 el navegante portugués Pedo Álvares Cabral –eventual descubridor de Brasil– visitó la isla, y a su vuelta a Portugal habló extensivamente de la riqueza de esa tierra. Su descripción resultó fatal para el puerto comercial, pues hizo que otros se interesasen por ella, entre ellos Vasco de Gama, quien invadió y saqueó el puerto en 1502. Cuando se marchó, dejó un destacamento de tropas cuya única misión era cobrar un tributo anual al sultán de Kilwa Kisani, y cuando éste se negó a entregar el pago en 1505, los soldados portugueses se vengaron destruyendo la ciudad y edificando una fortaleza sobre sus ruinas.

En sus sucesivos saqueos de Kilwa Kisani los navegantes lusos se hicieron con enormes cantidades de la divisa descubierta en las Islas Wessel cinco siglos después. Dado que los portugueses alcanzaron Timor en 1514, el arqueólogo Hermes razona que estos mismos navegantes también llegaron a las islas australianas –a apenas 150 kilómetros de distancia– en la misma época, y cita a las monedas halladas como evidencia física de ese primer desembarque europeo.

“Sólo se han descubierto monedas Kilwa en la actual Tanzania, la Península Arábica y las Islas Wessel. Esa distribución da mucho que pensar”, afirma Hermes en declaraciones a The Guardian. “Ahora mismo son las monedas más antiguas halladas en tierras australianas, y bien podrían obligarnos a replantearnos cómo vemos la historia de éste país”.

En Portugal el hallazgo se ha visto como motivo de orgullo adicional para un país obsesionado con sus “héroes del mar” de antaño. Bartolomeu Dias fue el primero en alcanzar el Cabo de Buena Esperanza, Vasco de Gama el primero en llegar a la India, Álvares Cabral el primero en avistar Brasil, Francisco Zeimoto el primero en desembarcar en Japón. Contar también con el descubrimiento de Australia es la guinda del pastel.

Indicios decimonónicos

Las monedas dan peso físico a una teoría que circula desde el siglo XIX, cuando varios historiadores avanzaron la teoría del descubrimiento luso de la actual Australia.

El llamado Mapa de Dieppe, elaborado a mediados del siglo XVI con testimonios de marineros lusos, incluye una masa de tierra denominada “Java la Grande” que historiadores decimonónicos identificaron como la costa oriental de Australia.

Otros basan sus teorías en el testimonio del historiador renacentista João de Barros, quien afirma en sus memorias que el navegante portugués Cristóvão de Mendonça lideró una expedición a “las islas doradas más allá de Sumatra” que resultaron ser el norte de Australia y la isla norteña de la actual Nueva Zelandia. Los creyentes de esta teoría afirman que los documentos relacionados con esa expedición –cuya historia supuestamente fue suprimida porque habría violado los términos del Tratado de Tordesillas– se perdieron en el Terremoto de Lisboa de 1755, en el que ardió el equivalente luso del Archivo General de Indias.

Sin duda el elemento más intrigante para quienes apoyan la teoría es un texto litúrgico portugués de 1580 que incluye un dibujo de un animal que parece ser un canguro. Descubierto en 2014, el manuscrito también incluye el dibujo de dos hombres desnudos que podrían representar aborígenes australianos.

 
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