Trump amenaza con imponer aranceles a México si no frena la inmigración ilegal
El canciller mexicano, Marcelo Ebrad, viaja este viernes a Washington para evitar una guerra comercial en Norteamérica
Washington
Donald Trump vuelve a usar el argumento de la seguridad nacional para su nueva y repentina amenaza a México. La Casa Blanca ha advertido en un comunicado que impondrá aranceles a todos los productos mexicanos si su gobierno no actúa para detener la migración ilegal.
Los gravámenes del 5% entrarán en vigor el próximo 10 de junio e irán incrementándose mes a mes hasta llegar al 25% en octubre. Así se mantendrán, según el comunicado, hasta que el gobierno de López Obrador tome "acciones efectivas" que se determinarán a "discreción y criterio" de Estados Unidos.
La administración Trump habla de la "invasión de cientos de miles" de migrantes indocumentados y de la actitud "pasiva" del gobierno mexicano, que está permitiendo que se batan récords en las peticiones de asilo y en las llegadas ilegales de familias enteras de centroamericanos.
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Este asunto está desquiciando a Donald Trump desde principios de año, desde que los demócratas en el Capitolio le negaran 6.700 millones de dólares, el presupuesto que pedía para la construcción del muro. Desde entonces, el presidente vincula la migración ilegal a una crisis de seguridad por la que declaró el estado de emergencia y ha intentado llevar cabo varias medidas para combatirla.
En noviembre del año pasado, el presidente decretó el cierre de la frontera entre San Diego y Tijuana y cerca de 700 empresas del lado estadounidense perdieron casi 5 millones de dólares durante el día que duré el cierre, según la Cámara de Comercio local. También mandó reforzar la frontera, lanzar gases lacrimógenos contra los migrantes, movilizar al ejército y aprobó la ley Remain in Mexico, por la que los solicitantes de asilo en Estados Unidos tienen que esperar en México a que se resuelvan sus casos en los tribunales migratorios. Nada de eso ha hecho que los centroamericanos dejen de cruzar la frontera ilegalmente para llegar a Estados Unidos.
Donald Trump usa el arma arancelaria para forzar un cambio en la política migratoria de México que va a tener un impacto directo e inmediato en las empresas y los consumidores estadounidenses.
México es uno de los principales socios comerciales este país, durante el primer trimestre fue el primero por encima de China. Solo el primer incremento del 5% a todos sus productos supondrá el aumento de más de 17.000 millones de dólares en impuestos. Las compañías estadounidenses serán las primeras en resentirse por la subida, hasta el punto de que puede dificultar enormemente el funcionamiento de las cadenas de producción y distribución de vehículos, maquinaria eléctrica, alimentos, combustible e instrumentos médicos.
El anuncio ha sido tan repentino que nadie en la Casa Blanca ha explicado qué impacto van a tener estos aranceles sobre el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), que la administración Trump mandó justo ayer jueves al Capitolio para ser ratificado.
El presidente de Estados Unidos acostumbra a usar la amenaza de aranceles como forma de presionar a los países a la hora de negociar, lo ha hecho con China, con la Unión Europea y ahora con México. El tema de la inmigración es crucial para él y a 17 meses de su reelección no ha conseguido ningún logro importante que le pueda presentar a sus bases.
Con este anuncio improvisado, Donald Trump abre una nueva crisis con el vecino del sur, justo cuando el debate público estaba centrado en la posibilidad del impeachment. Apenas 24 horas después de que Mueller compareciera públicamente insinuando que el Congreso debe determinar si el presidente ha cometido algún delito de obstrucción y, de ser así, iniciar un juicio político contra él. Trump es un experto en manejar tiempos y marcar agenda, y este jueves, amenazando con una bomba comercial a las puertas de casa, lo ha vuelto a hacer.