Es un invitado irritante, imprevisible y dispuesto a inmiscuirse, sin miramientos diplomáticos, en la crisis política británica. Donald Trump ha llegado este lunes a Londres para una visita oficial de Estado de tres días rodeada de polémica. La víspera del viaje el presidente americano ha dejado claro quiénes son sus amigos y sus enemigos en el Reino Unido. Ha recomendado a los británicos que dejen la Unión Europea sin acuerdo y sin pagar la factura de 39 billones libras del divorcio. Ha aconsejado que líder del partido del brexit, Nigel Farage, sea incluido en las futuras negociaciones con Europa. Ha dado su apoyo a Boris Johnson en la carrera para suceder a Theresa May. Farage y Johnson “Son mis amigos”, ha declarado. El líder laborista, Jeremy Corbyn, en cambio, “no es un amigo de América”, afirma Trump y Estados Unidos podría reconsiderar el compartir la información de los servicios de inteligencia con los británicos si Corbyn llegara ser primer ministro. Tanto Corbyn , como el jefe de los liberales Vince Cable han rechazado la invitación al banquete de gala que tendrá lugar esta noche en el Palacio de Buckingham. En un país en crisis. profundamente dividido, la presencia de Trump y sus comentarios agudizan aún más la tensión. En el puente de Vauxhall, frente a la embajada de Estados, Amnistía Internacional ha colgado un estandarte de 20 metros en el que se puede leer: “Resiste al racismo, resiste al odio, resiste a la crueldad, resiste a Trump”. Mañana hay convocada una gran protesta en Londres. Su alcalde, Sadiq Khan, lamenta la presencia de Trump y los honores que va a recibir y no merece. De él ha dicho: “Es uno de los más grandes ejemplos de la amenaza global de la extrema derecha” . Antes de bajarse del avión presidencial Trump le ha respondido en un tuit lleno de insultos. Khan es” un pésimo alcalde”, “un perdedor”, “un verdadero idiota” y un “incompetente”. Si la primera jornada estará hoy dedicada al ceremonial con la familia real, mañana será el día de las reuniones de negocios y un encuentro con Theresa May, antes de una temible rueda de prensa conjunta,