Alerta máxima en el Real Madrid

New Jersey

La humillante derrota del Real Madrid en el derbi de Nueva Jersey es la gota que colma el vaso de una pretemporada rara. Los 20 días en Norteamérica han sido un banco de pruebas fallido que debe encender todas las luces de alarma. La sensación general es que aún hay tiempo para reaccionar si no quieren repetir la imagen del pasado curso.

El club argumenta que se ha hecho una revolución con la llegada de jugadores jóvenes que reactivan la competencia en todas las líneas del campo, aunque en este primer mes de trabajo se han visto los mismo problemas de siempre en un vestuario que debe asumir que, por muy buenos que sean y muchas Champions que hayan ganado de manera brillante, no son eternos.

Nadie cuestiona la figura de Zidane ni su capacidad como técnico, pero desde que volvió al club no ha sido capaz de conectar con el vestuario. Zizou defiende mucho a sus jugadores y estos le fallan partido tras partido. Él pide intensidad, ellos salen dormidos. Él solicita un ritmo alto desde el inicio, ellos juegan andando.

Hablamos de un grupo de futbolistas que casi nunca levantan la cabeza cuando los seguidores les gritan durante horas en la puerta de un hotel ni ponen buena cara en los actos comerciales que programa el club. Estas y otras acciones les hacen ser personas totalmente distintas a las que eran hace años, cuando les empezamos a tratar en el inicio de sus carreras y se querían comer el mundo vestidos de blanco. Por ello empiezo a pensar que no se sienten responsables cuando las cosas vienen mal dadas.

El diagnóstico más certero lo emitió Santiago Solari, y de ahí que los mejores números blancos del último año fueran con el argentino. Hay jugadores que hicieron un año tan malo dentro y fuera del campo que su salida era necesaria para demostrar al resto del grupo que no todo vale, que los actos negativos tienen consecuencias. Una vez que detectas el problema debes atajarlo, porque si no corres el riesgo de que los males se reproduzcan.

En el MetLife escuchamos que hace falta más fútbol en el centro del campo para que la pelota sea blanca y tengamos la sensación de que el Real Madrid domina los partidos. Dicen los expertos que falta calidad para jugar por las bandas y lucidez para superar rivales por el medio. La distancia entre los centrocampistas y los centrales permite que cualquier delantero bueno sea feliz encarando a la defensa de un Courtois que no merece ser titular por decreto.

“Hasta que se cierre el mercado todo puede pasar”, repite Zidane cada día. Es más una súplica que un tópico, ya que él sabe que con dos fichajes top y dos salidas bien elegidas el equipo tendría otro aire. Y es que dar por muerto al Madrid en Julio es un error que sus rivales no deben cometer