La asombrosa técnica de la venus atrapamoscas para capturar y matar a sus presas
La planta es capaz de cazar insectos y arañas desprevenidas que se posan en su interior
Madrid
La Dionaea muscipula, popularmente conocida como venus atrapamoscas, es una de las plantas carnívoras más populares del planeta. Todo ello gracias a su habilidad a la hora de cazar insectos y arañas desprevenidas que se posan en su interior, a las que engaña gracias a sus llamativas tonalidades y al aroma afrutado que desprende.
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¿Alguna vez te habías preguntado cómo funciona esta trampa mortal? Recientemente, Sciense Insider ha publicado un vídeo en su cuenta de YouTube mediante el que desvela los secretos de este mecanismo de ataque. Un mecanismo que se inicia en cuanto el insecto se posa sobre la superficie de la planta en busca de cualquier tipo de alimento.
Los 20 segundos que separan la vida de la muerte
En cuanto la presa ejerza demasiada presión como para doblar los cilios detectores de la planta (una especie de pelos muy sensibles al tacto), la venus atrapamoscas detecta la presencia del insecto y activa una señal eléctrica. En caso de que el insecto no escape en los próximos 20 segundos, la planta se cerrará de golpe en apenas 100 milisegundos, cuatro veces más rápido de lo que puedes parpadear.
A continuación, tal y como explica el entomólogo Cylde Sorenson, la trampa pasa rápidamente de convexa a cóncava en cada lado. Gracias a ello, las pequeñas puntas largas situadas en los bordes se convierten en una especie de barrotes que impiden al animal escapar de la trampa. En este preciso instante, el insecto intentará escapar... pero será demasiado tarde.
Así ataca la planta
Según Sorenson, cuanto más luche el insecto por sobrevivir, más se cerrará la trampa. Por lo tanto, a la venus atrapamoscas le interesa que su presa luche por salvar su vida, ya que estará cavando una tumba todavía más profunda mientras continúa golpeando los cilios. Después de un par de horas de lucha, la trampa se bloqueará por completo.
En este preciso instante, las células de la planta comenzarán a secretar humedad, lo que pegará los bordes de la planta para formar una especie de sello hermético del que el insecto ya no podrá escapar. Después, los jugos digestivos inundarán el compartimento sellado y comenzarán a disolver los órganos blandos del insecto. Todo ello para absorber sus nutrientes del animal y alimentarse de los mismos.
Una semana más tarde, la hoja de la venus atrapamoscas se desprende del tallo para dar lugar a una nueva. De esta manera, la planta estará lista para atacar de nuevo. En definitiva, la Dionaea muscipula dispone de una de las técnicas más sorprendentes para capturar a sus presas. Una trampa sin salida de la que es prácticamente imposible escapar.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...