Así vivieron los exiliados españoles expulsados por Franco

Madrid

"Nos han borrado del mapa", decía con amargura burlona un personaje de Max Aub, escritor español que murió en el exilio mexicano, tras combatir contra el franquismo en la Guerra Civil. “Ya no somos nadie, ni sabe nadie quiénes fuimos". Dos frases que resumen el calvario de los millones de exiliados españoles que, como Aub, salieron de España para siempre y no solo físicamente.

Un paso más para contrarrestar ese olvido lo acaba de dar la Filmoteca Española con el estreno del documental Diarios del exilio, compuesto por imágenes caseras de los republicanos españoles dispersados por distintos países y continentes desde 1937 -segundo año de la contienda- hasta 1977, un año antes de que se aprobara la Constitución.

¿Cómo vivieron en México, Francia, Argentina? ¿Qué bandera sacaban? ¿Seguían los niños levantando el puño ante la cámara? ¿Comían paella? Todo eso aparece en este mediometraje de 40 minutos que muestra la vida íntima y casera de muchos españoles, alejados geográficamente de su patria, por culpa de un golpe de estado y de un dictador. Una vida íntima que, inevitablemente, era una vida política. Porque en la guerra civil, eso de lo personal es político era todavía más fuerte.

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Irene Gutiérrez, cineasta e investigadora, ha sido la creadora de este documental en el que vemos al lendakari José Antonio Agirre, a Lluis Companys, president de la Generalitat tumbado en su casa de Francia y el entierro de Largo Caballero en París, en el mismo cementerio donde años después, sería enterrado todavía más en el olvido, Juan Negrín. También a Dolores Ibárruri, Pasionaria, en un viaje a Cuba recibida por Fidel Castro, o reuniéndose con Joan Baez.

Incluye una muestra de las insólitas películas del alicantino José Ramón Clemente, llenas de humor surrealista; imágenes del exilio ruso de la pareja formada por la maestra y escritora republicana Alejandra Soler y su marido, Arnaldo Azzati; retratos familiares de gran ternura de las colecciones Segrelles y Del Romero e instantáneas de la recogida de la naranja o la construcción de barcos pesqueros en la playa de Las Arenas.

A través de lo personal, lo doméstico y lo cotidiano, el proyecto invita al espectador a revisitar este capítulo de la historia desde estos otros lugares, como la cotidianidad en que se desarrolló la vida de las personas exiliadas. Diarios del exilio es una mirada a los pequeños gestos, los juegos, las celebraciones; pero también las ausencias, las fallas y los desequilibrios de las películas familiares gestadas en ese contexto.

Este documental viene a ser una especie de continuación del proyecto Vestigios en Super-8: una crónica ‘amateur’ de los años del cambio, comisariado en 2018 por Elena Oroz y Xose Prieto. Una revisión que coincide con los 80 años de la Guerra Civil y que ha contado con la coordinación de distintas instituciones públicas, privadas y varias filmotecas de nuestro país. Es un homenaje a todos los que murieron lejos de su país y que lucharon contra el fascismo.