La fusión de PSA y Fiat quiere ahorrar 3.700 millones sin cierre de plantas
Un gigante con 400.000 empleos y sede central en Holanda
FRANK RUMPENHORST / MAURITZ ANTI (EFE)
París
Ya es oficial el compromiso para la boda del constructor francés PSA ( que reúne las marcas Peugeot, Citroën y Opel-Vauxhall) con el italo americano Fiat-Chrysler (FCA). Las compañías confirman la intención de fusionarse con un intercambio de acciones a partes iguales. Se proponen sinergias de 3.700 millones de euros sin cierre de plantas, precisan los grupos.
Carlos Tavares, actual consejero delegado de PSA se convertirá en director general al menos los próximos cinco años y John Elkann, responsable por parte de familia Agnelli y presidente de FCA conservará la presidencia de la nueva compañía, que establecerá su sede en Holanda.
Reunión de sindicatos y empresas
Las empresas reúnen hoy a sindicatos y delegados de los trabajadores para informales de los detalles de la operación.
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El ministro de Finanzas francés, Bruno le Maire, que gestiona una participación del estado del 12% en el capital de PSA ha bendecido la boda “pero permanecerá vigilante”, sobre el mantenimiento del empleo y la industria en Francia.
La combinación de ambos constructores formará un nuevo gigante mundial del automóvil con 400.000 empleos, una capitalización bursátil de 45.000 millones de euros (50.000 millones de dólares) y y una cifra de negocios acumulada de 184.000 millones de euros. Carlos Tavares mantendrá su puesto de director ejecutivo y John Elkann, la de presidente. La sede central se establecerá en Holanda.
Puerta hacia el mercado de EEUU
Con la fusión, PSA consigue una puerta hacia el mercado estadounidense. El grupo francés, que incorporó Opel en 2017, tiene 21 plantas en Europa, tres plantas en España: en Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y Villaverde (Madrid), mientras el italiano FCA , con 23 centros de producción en Europa no cuenta con ninguno en España.
El Gobierno francés ha destacado que la nueva compañía tendrá la talla suficiente “para llevar a cabo las inversiones necesarias para afrontar los desafíos de la transición energética, electrificación y la automatización”.
