La imagen de dos ataúdes entre el gas lacrimógeno en Bolivia que recorre el mundo
La policía boliviana disuelve el funeral de dos asesinados en los enfrentamientos con las fuerzas del orden
La Paz
Los ataúdes en medio de la calle, mientras familiares y amigos de los difuntos corren escapando de los gases lacrimógenos de los policías, quedarán como una de las imágenes más tristes de la larga crisis que sufre Bolivia.
Miles de personas corrían despavoridas en pleno centro de La Paz tras haber llegado pacíficamente este jueves en una marcha de protesta, con los féretros que contenían los restos mortales de varios de los fallecidos por disparos en un operativo policial y militar.
Alguno de los ataúdes acabó sobre un blindado del Ejército cerca del palacio de Gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez.
La marcha había salido por la mañana desde Senkata, el lugar de la ciudad de El Alto donde hace dos días un operativo de fuerzas de seguridad frente a una refinería dejó ocho muertos por disparos, cuya autoría se investiga mientras el Gobierno de Áñez niega que fueran los militares.
La bajada de una interminable columna de gente desde El Alto a la vecina ciudad de La Paz transcurría tranquila, sin que nada hiciera augurar su triste final.
Gases, carreras y escenas patéticas
Frente a la iglesia de San Francisco, icono del centro paceño, la muchedumbre se comenzaba a agolpar ante un cordón policial sin saber qué pasaba, hasta que alguna chispa hizo estallar el ambiente y comenzaron los gases, las carreras y las escenas patéticas.
Familiares, amigos y compañeros que llevaban los féretros no tuvieron más remedio que dejarlos en medio de la calle para refugiarse donde podían, muchos pidiendo ayuda a las puertas de la iglesia por los efectos de los gases.
"Nos tratan como perros", gritaba una mujer, quejándose de que "primero nos matan, ahora nos gasifican", mientras otros a su alrededor culpaban de tanta violencia a la presidenta interina.