Los "trapis" que apuntalan la imputación de Laura Borràs en el Tribunal Supremo
La exposición razonada describe cómo supuestamente fraccionó contratos para beneficiar a un empresario
El adjudicatario, también imputado, definía como "trapis" lo que facturaba gracias a Borràs
Madrid
El Tribunal Supremo ha decidido abrir una causa contra Laura Borràs por el supuesto amaño de contratos en su etapa al frente del Instituto de las Letras Catalanas, dejando en manos del juez Eduardo de Porres la decisión de imputarla por cuatro delitos. El magistrado tiene encima de la mesa una recopilación de pruebas que, según los investigadores, demuestran que Borràs hizo todo lo posible para que un empresario concreto consiguiera casi 260.000 euros en contratos menores, lo que él mismo definía como "trapis".
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Son indicios que vienen detallados en la exposición razonada remitida al Supremo por el juzgado número 9 de Barcelona y que, según la Fiscalía, "obliga ineludiblemente a tomar declaración" a la portavoz de JxC en el Congreso "como investigada". Para la Fiscalía, Borràs "participó material y directamente" en esta corrupción y pudo cometer hasta cuatro delitos: prevaricación, malversación, fraude y falsedad documental.
Muchos de estos indicios vienen de conversaciones intervenidas, entre otros, al empresario beneficiado Isaías Herrero. "Con la Borràs, con la jefa, yo facturo con la cooperativa, yo facturo unos trapis por allí...", decía en una conversación telefónica en noviembre de 2017. Daba a entender en esa misma conversación que todo esto se acababa si no contaban con su ayuda: "Lo jodido es si la Borràs deja de ser directora".
Varios correos electrónicos firmados por Borràs en 2013 apuntan a su participación. Pide a Herrero que "le pase los presupuestos y nos los miramos conjuntamente y hacemos los retoques que sean necesarios". En otro correo, directamente, explica la manera de fraccionar servicios para poder adjudicarlo como varios contratos menores: "Si ven que lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en diversos paquetes es cuando piensan que ha habido una infracción. La cuestión es fraccionar, entonces, cada uno de los conceptos para que quede claro que son como partes que hay que ir ensamblando conjuntamente".
Contratos menores
Las indicaciones para amañar la adjudicación de estos contratos, siempre inferiores a los 18.000 euros para evitar levantar sospechas, llegaron según los investigadores incluso a explicar a Isaías Herrero que "han de hacer tres presupuestos por cada uno [contrato] con personas o empresas diferentes", como finalmente sucedía. Los contratos eran adjudicados a empresas o cooperativas ligadas a Herrero, ganando el contrato frente a empresas con "presupuestos simulados".
La exposición razonada también explica que, según las pesquisas, se usaron facturas falsas para pagar a las empresas de Herrero por servicios no prestados. En un correo en 2014, Borràs le pide que "no sufra porque el dinero lo tiene reservado y es para esto", lo que para la Fiscalía "constituye una clara decisión arbitraria sobre el empleo de fondos públicos".