Turquía entrega a España restos humanos que presuntamente pertenecen a los militares fallecidos en el Yak-42 hace 16 años
Se ha procedido en la localidad turca de Macka-Trabzon a la exhumación de más restos humanos hallados en el lugar donde se produjo, en 2003, el accidente aéreo que constó la vida a 62 militares españoles
Madrid
Fuentes del Ministerio de Defensa acaban de informar a la Cadena SER que este miércoles se ha procedido en la localidad turca de Macka-Trabzon a la exhumación de más restos humanos hallados en el lugar donde se produjo el accidente del Yak-42 en 2003, una catástrofe que le costó la vida 62 militares españoles.
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La exhumación, realizada por las autoridades judiciales competentes turcas, se ha llevado a cabo en presencia del cónsul de España en Ankara. Ahora está previsto que estos restos sean remitidos al Instituto Anatómico Forense de Estambul, donde ya hay restos humanos extraídos en su día con fines de identificación de ADN procedentes también del accidente aéreo.
El Gobierno español ha acordado con las autoridades turcas que en el más breve plazo posible se proceda a la entrega oficial de todos estos restos a las autoridades consulares españolas con el fin de su repatriación a España. Todas estas actividades se esán realizando bajo la autoridad de la jueza titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, María Tardón Olmos.
El accidente y su gestión
El fatal accidente se produjo en la madrugada del 26 de mayo de 2003, cuando la aeronave, un Yakolev 42 de fabricación rusa, se estrelló cerca del aeropuerto turco de Trebisonda. Tras la mayor catástrofe sufrida por las Fuerzas Armadas Españolas en misiones de paz, el por entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, defendió el buen estado de la nave y achacó el accidente a "las circunstancias meteorológicas fortísimas de tormenta y niebla que hicieron imposible el primer intento de aterrizaje; y aún el segundo que ha despistado probablemente a los pilotos y llevado contra una de las colinas cercanas".
Una afirmación desmentida después durante la investigación, ue supuso un una auténtica cadena de despropósticos. Las investigaciones revelaron las malas condiciones de la aeronave, sobre la que ya existían quejas, presentadas por los mandos militares, y cuya caja negra ni siquiera funcionaba, así como el cansancio de una tripulación que llevaba más de 23 horas de vuelo a sus espaldas. El informe final de la Comisión Internacional de Investigación achacó el accidente a las deficiencias en el mantenimiento del avión y al cansancio de la tripulación.
Pero también hubo problemas con la identificación de los cuerpos. Las pruebas de ADN, de hecho, demostraron que 30 de los 62 cadáveres fueron identificados erróneamente, por lo que en 2009 la Audiencia Nacional condenó al general Vicente Navarro por falsear de forma consciente las identificaciones, y al comandante José Ramírez y al capitán Miguel Sáez en calidad de cómplices.
Un segundo juicio condenó a las empresas responsables del vuelo a indemnizar a los familiares. Sin embargo, en 2012, el juez Grande-Marlaska archivó la causa sobre las supuestas irregularidades en la contratación del avión, y concluyó que el accidente fue fruto de la falta de preparacion de los tripulantes. La Asociación de Víctimas del Yak-42 recurrió el archivo y hace algo más de un año también denunció que en Turquía seguía habiendo restos, 15 años después de la tragedia, de hasta 23 de los fallecidos en el accidente.
Ana Terradillos
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra (1991-1996) y en Ciencias Políticas por la UNED...