La borrasca Elsa deja dos muertos en Portugal y provoca el desbordamiento del Duero en su paso por Oporto
El sábado llega Fabien, un nuevo temporal que traerá más lluvia intensa y fuertes vientos al país vecino
Doce distritos portugueses permanecen en alerta amarilla por la ciclogénesis explosiva / María José López (EUROPA PRESS)
La borrasca Elsa está causando daños serios en su paso por Portugal, donde esta mañana los residentes de Oporto han amanecido con el Duero desbordado y el rio inundando partes del icónico barrio de la Ribeira y las zonas más bajas de la vecina ciudad de Vila Nova de Gaia. Doce distritos portugueses permanecen en alerta amarilla por la ciclogénesis explosiva, que también ha provocado destrozos en Galicia, donde se han registrado vientos por encima de los 160 kilométros por hora, y precipitaciones superiores a los 100 litros por metro cuadrado en A Coruña y Pontevedra.
En el país vecino de momento hay dos víctimas mortales confirmadas: en Montijo -villa que se sitúa frente a Lisboa, justo al otro lado del Tajo- una persona murió al quedar aplastada bajo un árbol caído, y en la ciudad interior de Castro Daire falleció otra persona que quedó sepultada bajo los escombros de una casa que no consiguió resistir la fuerza del viento. Hay al menos un desaparecido, el conductor de una excavadora que fue alcanzada por un desbordamiento de tierra en la aldea de Ribolhos a última hora de la tarde del jueves.
La intensidad de la DANA (depresión aislada en niveles altos) ha forzado la evacuación de 70 personas por todo el territorio continental de Portugal, las cuales están siendo acogidas en instalaciones preparadas por la Autoridad Nacional de Protección Civil. Se han registrado más de 6.000 incidentes, entre ellos el colapso de casi 1.000 estructuras y la caída de 2.800 árboles. Los peores destrozos se han registrado en la zona norte del litoral luso, y en ciudades costeras como Vila do Conde, donde un tornado destruyó 40 casas durante la madrugada del viernes. También se han producido daños en Lisboa, Setúbal, y Santarém, y en ciudades del interior, entre ellas Braga, donde se registraron precipitaciones por encima de los 51,1 milímetros por metro cuadrado el jueves.
En la capital las ráfagas de viento que se colaron por la desembocadura del Tajo arrancaron partes de la fachada del Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT), que ha anunciado el cierre temporal de sus instalaciones hasta que se pueda hacer un análisis de los daños sufridos. En el suburbio portuense de Matosinhos la Casa de Arquitectura perdió partes de su tejado, y su dirección también ha anunciado el cierre del museo durante el tiempo necesario para rehabilitarlo.
La mañana del viernes las autoridades se han mostrado especialmente preocupadas por la situación en la ciudad norteña de Águeda, donde se teme que se pueden volver inundaciones catastróficas como las que arrasaron con varios barrios de la ciudad en 2000. Entretanto, no hay luz en varias partes del norte y centro de Portugal, y algunas vías ferroviarias están afectadas. En Lisboa las malas condiciones en el Tajo durante la madrugada forzaron la suspensión del servicio de transbordadores que ligan las dos márgenes del río durante las primeras horas del día, pero la disminución de la intensidad del oleaje ha permitido la restauración de la actividad a media mañana.
Si bien se espera que los efectos del temporal disminuyan con el paso de las horas, la tregua será corta, pues este sábado está prevista la llegada de la borrasca Fabien que volverá a traer lluvia intensa y fuertes vientos al norte y centro del país vecino. El Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera considera que el temporal de este fin de semana será algo menos intenso que Elsa, pero aun así pronostica vientos que podrían alcanzar los 90 kilómetros por hora en el litoral, y hasta 120 kilómetros por hora en las zonas montañosas de Portugal, un panorama complicado para un fin de semana en el que cientos de miles de portugueses intentarán desplazarse para pasar las navidades en sus aldeas natales.
