Arabia Saudí condena a muerte a cinco implicados en el asesinato de Khashoggi
La investigación sobre este homicidio ha estado plagada de irregularidades denunciadas por organismos internacionales
Un manifestante porta una foto del periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi, en una protesta el pasado octubre frente al consulado saudí en Estambul. / Osman Orsal (Reuters)
La fiscalía saudí ha anunciado la condena a muerte de cinco de los acusados del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, cuyo cuerpo, desmembrado en el consulado saudí en Estambul, nunca ha aparecido. Además ha condenado a penas de prisión a otros tres acusados de acabar con quien representaba una crítica moderada al régimen saudí y su futuro hombre fuerte, el príncipe heredero Mohamed Ben Salman.
La figura más alta investigada por este caso, el exasesor real Saud al Qahtani, ha quedado en libertad y sin cargos, según ha explicado el fiscal del caso.
Khashoggi desapareció en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul, cuando acudió para solicitar documentos oficiales. Aunque su cuerpo no ha aparecido, la información aportada por los medios locales, filtrando datos de la inteligencia turca, ha permitido reconstruir con cierto grado de detalle lo que sucedió en la sede diplomática tras la llegada de Khashoggi, que fue secuestrado, atado y drogado antes de morir.
Varios de los integrantes del equipo tenían vínculos con Ben Salman, que en varias entrevistas en medios extranjeros ha asumido subsidiariamente la responsabilidad por el asesinato, alegando que se siente responsable por lo que hacen personas a su mando, pero que no tiene nada que ver directamente con el caso.
Jamal Khashoggi había sido un destacado periodista dentro del sistema mediático saudí, hasta que empezó a lanzar críticas no tanto contra el sistema como contra el propio príncipe heredero saudí. Acabó exiliado, colaborando con el periódico estadounidense The Washington Post, medio para el que escribió su última columna, publicada póstumamente, y en la que precisamente reivindicaba la necesidad de una información crítica en los países árabes para fortalecer la lucha por la democracia.
