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Gobierno de pedro sánchez

El Consejo de Ministros se reunirá los martes y no los viernes

El presidente Pedro Sánchez ha remitido una carta a los nuevos miembros de su gabinete en la que, entre otras cosas, anuncia el cambio de día de la habitual reunión del Ejecutivo de los viernes

Pedro Sánchez y su gobierno. / JON NAZCA (Reuters)

Madrid

El presidente Pedro Sánchez ha remitido una carta a los nuevos miembros de su gabinete, con los que participa desde las diez de la mañana en la primera reunión del nuevo Consejo de Ministros, en la que les transmite la idea de que componen un gobierno plural, pero nacido con un propósito firme de unidad. En esa carta se comunica además que los consejos de ministros dejarán de celebrarse los viernes y se reunirán a principios de la semana: "Programaremos nuestras reuniones ordinarias de Consejo al comienzo y no al final de la semana, para anticipar y programar. Las comisiones de subsecretarios, por su parte, se celebrarán los jueves para preparar las deliberaciones y acuerdos del Consejo siguiente", señala en la misiva. En la rueda de prensa tras el Consejo, Sánchez ha aclarado que el nuevo día de reunión será los martes para "responder a los problemas con eficacia". 

Este es el texto completo de la carta de Pedro Sánchez: 

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Madrid, 14 de enero de 2020

Querido/a Ministro/a:

Formamos parte del Gobierno de España, un órgano al que corresponde, de acuerdo con la Constitución, dirigir la política interior y exterior y que concentra las funciones y potestades propias del poder ejecutivo en nuestra democracia. No cabe mayor honor ni mayor responsabilidad cívica para cualquier demócrata con vocación de servicio público.

Pertenecemos además al primer gobierno de coalición de nuestra reciente historia. Esa ha sido la voluntad expresada por los españoles y a ella nos debemos. Este hecho, que constituye una novedad en nuestro país, pero resulta habitual en otras naciones europeas, debe servir para fortalecer nuestras instituciones y para ampliar el espíritu de entendimiento y acuerdo; no sólo entre fuerzas políticas que integramos la coalición, sino también con los restantes partidos y entre la política y la sociedad.

Entre quienes tomaremos asiento en el Consejo de Ministros y Ministras hay personas de muy diversas trayectorias y procedencias. Hay afiliados a los partidos integrantes de la coalición y hay también miembros que son independientes; conviven generaciones y experiencias profesionales muy distintas. Personas que han consagrado su vida al quehacer político y al activismo social y personas que han desarrollado sus carreras profesionales en instituciones académicas, en entidades empresariales o en organismos internacionales.

Integramos por tanto algo más que un gobierno de coalición, componemos un gobierno plural, pero nacido con un propósito firme de unidad. Un Gobierno que se enriquece con procedencias diversas, pero que tendrá una sola meta; que hablará con varias voces, pero para emitir el mismo mensaje.

Los partidos integrantes de la coalición ya hemos establecido reglas y procedimientos para asegurar la coordinación de la acción del Gobierno. Pero por encima de esas reglas contamos con dos garantías de entendimiento y lealtad: una voluntad común de servir a España y a los españoles y una visión progresista de la sociedad; es decir la creencia de que nuestra sociedad puede alcanzar mayores cuotas de bienestar, de justicia y de libertad merced a la acción humana organizada.

El Gobierno progresista se basa en la coalición de dos fuerzas políticas, pero quiere ir mucho más allá de los partidos que lo integran y de aquellos otros que lo sostienen: es un Gobierno que busca una coalición con la amplísima mayoría progresista de la sociedad española que quiere sacudirse el pesimismo y desea ver al país avanzar.

Nos aguarda una tarea apasionante. España debe en esta legislatura encarar cinco grandes transformaciones:

• Primeramente, debe robustecer nuestra economía adaptándola a la revolución científica y tecnológica y generando empleo de calidad;

• En segundo lugar, debemos propiciar la cohesión territorial de nuestro país en base al entendimiento y el equilibrio territorial.

• En tercer lugar, tiene que promover la justicia social y amparar a nuestros compatriotas dotados de menos recursos.

• En cuarto lugar, ha de encarar la emergencia climática y llevar a cabo la transición ecológica justa de nuestra economía.

• Y, en último lugar, pero no en última prioridad, debe alcanzar la plena igualdad real de la mujer y de todas las personas que aún hoy soportan cualquier tipo de discriminación en sus vidas.

En toda nuestra historia contemporánea la idea de progreso ha estado vinculada al ideal europeo. Los progresistas españoles siempre han sabido que Europa era sinónimo de Progreso. Y otro tanto sucede hoy, pues Europa es el espacio más idóneo para llevar a cabo estas cinco transformaciones que precisa nuestro país. Por eso, España tendrá un Gobierno resueltamente europeísta. Y también por eso, nos sentimos plenamente vinculados a los objetivos europeos de equilibrio presupuestario y control del déficit que derivan de nuestra pertenencia a la Unión Europea.

España necesita un Gobierno de acción, un Gobierno que actúe, que se ponga manos a la obra sin perder tiempo. Y el equipo que formamos debe mostrar cada día, en cada acto, su resolución y su energía. Ha de ser un Gobierno proactivo, resuelto y ejecutivo. Trataremos de incorporar a nuestro funcionamiento métodos de organización que nos permitan planificar y anticiparnos a los acontecimientos y también responder a los problemas con premura y eficacia. Precisamente por eso programaremos nuestras reuniones ordinarias de Consejo al comienzo y no al final de la semana, para anticipar y programar. Las comisiones de subsecretarios, por su parte, se celebrarán los jueves para preparar las deliberaciones y acuerdos del Consejo siguiente.

Ese espíritu activo, ejecutivo y resuelto no está ni mucho menos reñido con la actitud dialogante que deberemos desplegar constantemente.

Tras un largo periodo de choques y desencuentros, los españoles desean avanzar en concordia.

Tras episodios demasiado frecuentes de crispación estéril, los españoles desean avanzar rehuyendo los extremismos.

Tras un tiempo de tensión y estridencia, nos corresponde demostrar que política no es sinónimo de griterío y discordia. Que existe una política útil, provechosa para la sociedad. Que hay una política que vive pendiente de la gente y no de sí misma. Una política capaz de resolver problemas y no de crear o agravar problemas. Una política que no se refugia en un lenguaje hermético y habla el lenguaje de la calle. Una política que sirve. Una política que, sencillamente, practique en las instituciones lo que los ciudadanos hacen cada día en sus hogares, en sus trabajos, en sus vecindarios: expresar con libertad y respeto sus preferencias, dialogar sobre las diferencias y acordar.

El Gobierno de Coalición del Partido Socialista y de Unidas Podemos es ya el Gobierno Progresista de España. Un Gobierno progresista que, como señalé hace dos días al presentarlo,

• Nace con la vocación de servir a todos los españoles, porque no hay nada más progresista que unir al país;

• Arranca con el propósito de dialogar para resolver las diferencias, porque no hay nada más progresista que dialogar;

• Y actuará con un espíritu activo y resolutivo porque no hay nada más progresista que avanzar y poner a España en marcha, tras una década perdida.

En el mismo momento de comenzar esta labor quiero decirte que puedes contar con toda mi confianza y con todo mi apoyo. Y sé que cuento con tu dedicación y con tu lealtad.

 
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