El BBVA reconoce que vulneró su normativa legal para contratar a Villarejo desde la cúpula del banco
El representante legal del BBVA, Adolfo Fraguas, señala que la orden para contratar al ex policía pudo venir de más arriba de Luis Corrochano, ex jefe de seguridad del banco
El BBVA no comprobó si Villarejo estaba en activo y se guió "por la prensa"
Madrid
Adolfo Fraguas, el representante legal del BBVA, declaró hasta tres veces en la Audiencia Nacional imputado como persona jurídica por cohecho, revelación de secretos y corrupción. En las más de tres horas de declaración, a cuyos audios ha tenido acceso esta emisora, Fraguas reconoce y justifica el contrato verbal del banco para investigar a Ausbanc y a Luis Pineda.
Según Fraguas, Julio Corrochano, entonces jefe de seguridad, tomó la decisión de que no hubiera contrato si no acuerdo verbal. "Fue suya por una cuestión de confidencialidad" dijo. "¿Esto supone quebrantar las reglas internas?" pregunta el fiscal, Ignacio Stampa. "Si", responde Fraguas. Sobre dos facturas de 211.000 euros, el representante legal dice que la primera no sabe a qué contrato obedece y sobre la segunda no tiene constancia.
En otro momento del interrogatorio, Fraguas justifica no haber comprobado si Villarejo estaba en activo porque así se había publicado en la prensa. Y sobre su compatibilidad, se escudó en el Ministerio del Interior que en esos años veía compatible los negocios privados del comisario con su actividad de agente.
Denuncia ad hoc
El fiscal insinúa que con la denuncia anónima que presenta el BBVA a la UDEF, la unidad policial lleva a cabo una investigación express contra Luis Pineda. A preguntas del ministerio público, Fraguas asegura que no sabe por qué Villarejo tenía una copia antes de que se presentara, cree que se la daría alguno de sus contactos policiales y también considera que no la redactó el expolicía. Es más, Fraguas asegura que los espionajes a Pineda sólo consistían en información pública de Ausbanc, entre ellas, seguimiento en redes.
Correos sobre Ausbank
Para Fraguas, el código de conducta no llega "al nivel de detalle" que evitara que la información sobre Ausbanc, procedente del contrato verbal del BBVA a Zénit, la empresa de Villarejo y su socio Rafael Redondo, pasara por el jefe de control interno del banco, Eduardo Arbizu y el exjefe de seguridad, Julio Corrochano, entre otros.
El hecho de que "supieran quién era Zénit, Rafael Redondo y qué se les había contratado" no era algo que tuvieran que revisar ni conocer, dice. "No tenemos evidencia de si lo sabían" señala. "Y si me pregunta si debían de haberse preocupado, si no tenían ningún supuesto de sospecha, no".
El 26 de enero de 2015, pregunta el fiscal, hay un correo de Julio Corrochano a Eduardo Arbizu, Eduardo Ortega e Ignacio Moliner que se llama 'posibles acciones de PIN contra el BBVA' y viene de Rafael Redondo. "Le tengo que volver a preguntar" dice el fiscal "¿Sigue sin poder deducir que los servicios jurídicos del banco no sabían que investigaban al señor Pineda?. "No, eso es evidente" responde Fraguas.
Fraguas relativiza los contratos a Villarejo porque los 10,8 millones de euros no pasan del 0,3% de los 4.000 millones de contratación del banco. A lo que el fiscal Stampa le recrimina "Los que están involucrados son altos ejecutivos, eso es lo que hay que dilucidar, por qué ha ocurrido en la cúspide de la entidad, entre las personas dedicadas a controlar a la entidad".