Oblak y Llorente obran un milagro y el Atlético tumba al campeón
Oda a la imprevisibilidad del fútbol: el Atlético gana y elimina al Liverpool con 25 disparos menos
Oblak fue guardián y Llorente héroe para culminar una gesta que parecía imposible
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A los 16 segundos de partido Diego Costa se plantó dentro del área y remató rozando el palo. Apunto estuvo de aprovechar la empanada inicial del Liverpool.
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Pero la empanada duró muy poco y el campeón de Europa comenzó a centrifugar. El aquella noche verdugo Wijnaldum recordó en el minuto 4 la pesadilla que vivió el Barcelona en este mismo escenario hace menos de un año, pero su cabezazo acabó en las manos de Oblak.
Muy pronto se impuso el dominio absoluto del Liverpool y en el 13’ Oblak salvó la primera del partido tras un potente disparo de Oxlade – Chamberlain desde dentro del área. También el Atlético asomó por la portería del sevillano Adrián, pero el remate de Felipe desde el área de meta al primer palo no hizo justicia al gran centro de Trippier desde el córner.
El dominio era tal que antes de que llegara el carrusel de ocasiones del martillo inglés, ya era difícil atender a que había dos equipos sobre el campo. El Atlético no conseguía mantener el balón más de tres toques en la inmensa mayoría de las ocasiones y cuando lo conseguía lo paraba al cuarto Henderson que aprovechaba su inmunidad arbitral con una patada a destiempo. Hasta en tres ocasiones pudo, por no decir debió, ver la tarjeta amarilla el capitán red en la primera parte.
En el 36’ volvió a salvar Oblak tras un genial centro envenenado de Arnold, pero en el 42’ Wijnaldum volvió a hacer la del Barça y clavó un excepcional cabezazo a la escuadra de la portería atlética para nivelar la eliminatoria.
El descanso acudió para dar refugio –y una oportunidad de reaccionar- al Atlético, pero lo que vino después fue mucho peor.
Oblak, Oblak, Oblak y otra vez Oblak
No obstante Oblak se hizo inmenso y despejó todo lo que le vino como si él fuera imán y el balón de metal. En el 59’ incluso salvó de su propio error al Atlético. Mide mal la salida, pero para al segundo palo el remate final de Firmino. Antes ya había sacado dos, a Salah un tímido disparo desde dentro el área y a Oxlade un nada tímido y muy potente zurriagazo lejano.
La presión inglesa de los incombustibles campeones de Europa seguía surtiendo efecto y el Atlético seguía sin aguantar un balón. Así, el ‘Cholo’ reconfiguró en el 55’ y, en lo que muchos entenderían como un cambio defensivo, retiró a Costa y metió a Llorente. Merced a este cambio la idea rojiblanca fue más clara y acertada. El equipo ganó algo de consistencia en el centro y metió el miedo en el cuerpo al Liverpool con una clara sensación de peligro cuando Joao Félix y Correa cabalgaban al espacio. Adrián salvó en el 60’ en dos ocasiones, primero al disparo desde la frontal de Joao y seguido el rechace de Correa.
Seis minutos después, el larguero salvó al Liverpool. Centro de Salah que se envenena y le llega a Robertson a la cabeza a portería vacía. El escocés gana el remate, pero inexplicablemente la manda directa al travesaño.
Oblak salvaría dos clarísimos goles más en la segunda parte: en el 68’ y en el 83’ a Wijnaldum, y el Atlético volvió a desaparecer del mapa como esperando inmóvil lo inevitable. Dos más clarísimas de Mané desaprovechadas prolongaron las esperanzas. Y los corazones atléticos se pararon en el 92’ cuando Saúl remató a la escuadra una falta en el último segundo del tiempo reglamentario. El asistente vio bien el clarísimo fuera de juego y ni tuvo que intervenir el VAR para mandar el partido a la prórroga: un milagro.
Oblak prolongó el milagro unos minutos más con el enésimo paradón en el 24º disparo del Liverpool: mano a mano con Wijnaldum que salvó el esloveno.
Pero lo inevitable llegó. Llegó con todo el suspense del mundo en el 94’ ya que Firmino cabeceó al palo otro excelente centro de Arnold, pero el rechace lo mandó a la red.
El segundo milagro
Entonces ocurrió en el 96'. El fútbol fue más bonito y a la vez cruel, más feo y a la vez maravilloso que nunca. Y Adrián falló y le regaló el balón a Joao Félix con un mal despeje. Y Joao jugó con Llorente. Y Llorente se sacó un brillante disparo desde la frontal al que no pudo llegar el portero sevillano.
El Liverpool se volcó y siguió creyendo, necesitaban un gol, tenían 24 minutos y parecía bastante más probable que llegase que que no.
Sin embargo, el Atlético aguantó, y con los red volcados, salieron a la contra. Morata, que acababa de entrar, maduró la jugada con calidad y le puso el balón a Llorente que, incombustible, llegó el primero al apoyo. Controló, encaró -a Joe Goméz-, se abrió hueco y se sacó otro fenomenal golazo que culminó una maravillosa obra que protagonistas y espectadores tardarán años en olvidar.
Quedaría la guinda, que sirvió Álvaro Morata en la prolongación de la prórroga corriendo al espacio un gran balón del héroe Llorente y definiendo a la perfección. Tras este increíble partido, mucho costará volver a dar por muerto al Atlético en sucesivas ocasiones sea cual sea su situación y sea cual sea el rival: estos nunca dejan de creer.
David de Gustín
Trabaja en la sección de deportes de la Cadena SER desde 2017. Es graduado en Periodismo por la Universidad...