España es el país de la OCDE con más trabajadores en riesgo de contagio

París

Un 55,9% de los trabajadores españoles desarrolla su actividad laboral en un entorno de riesgo de contagio por COVID-19, el mayor porcentaje entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que registran un riesgo medio del 48,1%, como consecuencia del elevado grado de proximidad física entre colegas de trabajo y la interactuación con el público.

España es, además, uno de los países en los que la pandemia está golpeando más el mercado laboral. En el mejor escenario, el paro podría alcanzar el 22% a finales de 2020 e incluso el 26%, si se produce un segundo brote. La organización de países mas industrializados constata que las medidas adoptadas por los Estados en la crisis han amortiguado el impacto.

El informe de Perspectivas de Empleo 2020, publicado este martes, prevé en el escenario menos pesimista que la tasa de paro promedio de los 38 paises miembros de la organización suba hasta el 9,4% al terminar 2020, “la más alta registrada en su historia”.

En el caso de una segunda ola, la tasa se dispararía al 12,6%. Para España esos índices de media anuales subirían al 19 % y al 20,1%, respectivamente. Pero admite, como reflejan los gráficos, que al cierre del actual ejercicio el desempleo podría alcanzar el 22%, y no descenderá más que lentamente a mediados del siguiente.

Si se produjera una segunda ola de COVID-19, “la crisis sería peor y mas prolongada” y el desempleo entonces podría escalar hasta el 26%.

Como en el resto de los países, las diferencias regionales son muy grandes. Las zonas turísticas sufrirán más las consecuencias del parón económico y las restricciones que se han impuesto para evitar los contagios.

Los economistas indican que España es uno de los Estados que más medidas ha tomado para proteger los puestos de trabajo: expendientes de regulación de empleo temporal (ERTE) y la simplificación administrativa para acceder a las prestaciones durante la crisis sanitaria y ayudar a los más vulnerables.

Se menciona también la aprobación del “Ingreso Mínimo Vital”, que va a servir de colchón para las personas en riesgo de pobreza o con ingresos débiles, así como a los trabajadores atípicos afectados por la crisis.

Asimismo, los autores del estudio aluden que España es el único entre los miembros de la OCDE que reconoce la COVID-19 como enfermedad profesional para todos los asalariados. Y que, gracias a ello la mayor parte de los trabajadores han podido recibir compensaciones por baja de enfermedad.