Condenada una pareja por encerrar, maltratar y torturar durante años a sus cuatro hijos en Madrid

Madrid

Una pareja ha sido condenada a penas de hasta diez años de prisión por encerrar, maltratar y torturar durante años a sus cuatro hijos pequeños en su casa de Madrid. La sentencia impone diez años de cárcel al padre y ocho años y medio a la madre por, entre otras cosas, golpear a los niños y dejarles semanas sin ir al colegio, obligarles a comer su propio vómito o pasarles excrementos por la cara.

El infierno de estos cuatro niños, según la sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER, arrancaron en 2010 en la capital, cuando ninguno de los pequeños tenía más de cinco años de edad. Los jueces describen golpes, gritos, amenazas, duchas de agua fría, cortes de pelo como castigo por llorar, prohibiciones de ir al baño y malnutrición: en ocasiones les obligaron a comerse su propio vómito, les orinaron en la cabeza y les restregaron excrementos por la cara. A veces dos de ellos eran obligados a dormir en aparatos de gimnasio desde donde sufrían caídas.

Todo permaneció en secreto durante seis años. Los padres, según la Justicia, les dejaban semanas sin ir al colegio si era necesario para que nadie viera sus moratones. Fue en 2016 cuando la familia de la madre de los niños terminó llamando a la Policía ante la sospecha de que los pequeños estaban siendo maltratados de forma recurrente por sus padres.

La Audiencia Provincial de Madrid acaba de confirmar las condenas que les impuso en primera instancia un juzgado de lo penal de la capita: diez años de cárcel para el padre y ocho años y medio de prisión para la madre por varios delitos de maltrato. La madre se encuentra en prisión mientras que el padre está fuera de nuestro país aunque sin haber sido reclamado por el momento: ambos son defendidos por letrados del despacho Polanco & Seijas y han recurrido sus condenas al Tribunal Supremo.

Los padres acusaron a la niña

Los jueces de la Audiencia Provincial, con Antonio Antón como ponente, rechazan los principales argumentos de defensa de la pareja: que fueron juzgados por un magistrado imparcial, que nadie advirtió a los niños de que la Ley les eximía de declarar contra ellos o que los plazos de instrucción fueron alargados de forma indebida. Las declaraciones de los niños durante el juicio fueron de "inequívoco signo incriminatorio", dice el tribunal, analizando por ejemplo que la declaración de la niña "no muestra ninguna animadversión" y que, incluso, se refiere "con cariño" a los acusados.

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En la actualidad dos de los niños viven con su familia materna - la que denunció el caso - y otros dos están a la espera de ser acogidos por una nueva familia. Además de las declaraciones de los niños, los jueces han examinado más pruebas: los informes forenses ratificaron las lesiones, la orientadora de su colegio contó cómo una de las niñas relataba el maltrato y los técnicos de la Consejería de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, personada además como acusación. Los padres llegaron a acusar a la niña, que tenía tres años cuando empezó el maltrato, de pegar a sus hermanos.