Así son los nuevos test rápidos de coronavirus a partir de la saliva: ¿cómo funcionan? ¿son efectivos?
Comunidades como Galicia, Andalucía o la Comunidad de Madrid han anunciado la compra de test de saliva. No todos son iguales ni utilizan la misma técnica
Madrid
En plena carrera por conseguir una vacuna contra el coronavirus y un tratamiento eficaz, la detección de casos y el rastreo son la forma más efectiva, por ahora, de controlar la pandemia. Los test de saliva intentan posicionarse como una alternativa a las PCR o a los test clásicos de serología.
Tienen mucho a su favor: los resultados tardan pocos minutos, es sencillo obtener muestras y no se precisa de un sanitario para hacerla. El principal contra es que se necesita una cantidad suficiente de virus en la muestra. Por tanto, tiene el potencial de dar negativo aun con la enfermedad activa Es lo que se llama falso negativo. Por eso, algunos laboratorios recomiendan hacer los test cada cuatro o cinco días. Aumentan así las probabilidades de éxito en el diagnóstico.
Comunidades como Galicia, Andalucía o la Comunidad de Madrid han anunciado la compra de test de saliva. No todos son iguales ni utilizan la misma técnica. Por ejemplo, los del laboratorio Abbott necesitan que la persona lleve entre 5 o 7 días con un cuadro clínico declarado. Es decir, que los síntomas hayan comenzado. Castilla y León recela de estos tipos de test. No le ven excesivas ventajas respecto a otros.
Test de saliva desarrollado entre España y Reino Unido
Medusa 19 acaba de lanzar al mercado una prueba de saliva de flujo lateral, que ofrece resultados en 10 minutos. Indica la respuesta inmunitaria a la infección, especialmente en pacientes que carecen de síntomas específicos y no saben que tienen una infección activa por SARS-CoV-2.
Estos test han tenido el apoyo del Hospital Carlos III/Instituto Carlos III, el CIBER, el Centro Nacional de Microbiologia y el Hospital de La Paz de Madrid. En concreto, se ha utilizado la tecnología desarrollada por los doctores Antonio Madejón y Pablo Castán, junto a la investigadora predoctoral Anabel Gil-García. El equipo trabajaba en test moleculares aplicados al diagnóstico de la malaria, la tuberculosis o el virus de la hepatitis C antes de que estallara la pandemia. Una investigación que han virado para plantear una alternativa ténicamente capaz de detectar los niveles de inmunoglobulina (IgM e IgG) .
"Desarrollamos una tecnología y la adaptamos por la pandemia"
"Hemos desarrollado una tecnología que hemos patentado. Teníamos un tratamiento para cualquier tipo de muestra entre ellas la saliva. Todas las proteínas con este tratamiento pueden interactuar en una prueba funcional de manera óptima", explica el doctor Pablo Castán.
"Cuando ocurrió la pandemia y comenzaron los ERTE y no nos quedó más remedio que reinventarnos. Entonces planteamos una hipótesis: cuando un patógeno entra en el cuerpo ya comienza a generarse anticuerpos, pero si lo buscas en el sangre o plasma tarda dos o tres semanas en aparecer. En cambio, en un test de saliva el punto de contacto es el tracto nasofaringeo. Es decir, estamos buscando en el sitio donde primero va a aparecer la infección", cuenta.
¿Cómo funciona el test de saliva?
En el caso de Medusa 19, los usuarios proporcionan una muestra de saliva en un tubo de extracción, que se mezcla con una solución, que aísla y solubiliza la estructura proteica presente en la saliva. Esta mezcla se aplica a un dispositivo de flujo lateral que desplaza la muestra de saliva a lo largo del dispositivo. La prueba identifica anticuerpos únicos para la COVID-19, y los registra en la prueba y las bandas de control. La ventaja es que la hace uno mismo en casa.
A partir de ahí los resultados se vuelcan en una aplicación de teléfono hecha específicamente para este tipo de test. Cada laboratorio que desarrolla una prueba de saliva pone en marcha su propia app.
¿Cuántos tipos de test de coronavirus existen?
- Detección de los genes del virus. Se hace con la Reacción en Cadena de la Polimerasa, la conocida PCR. Esta es una técnica por la que se induce a los genes a replicarse tal como hacen en la naturaleza, pero de forma muy acelerada. Requiere de tiempo, de temperatura precisa y controlada; y los reactivos adecuados que son tan demandados ahora en el mercado internacional.
- Detección del virus por su cubierta. La cubierta del virus contiene unas pocas moléculas (los "antígenos", de la familia de las proteínas). No son tan específicas como los genes: varios virus pueden compartir, por ejemplo, las espigas, ya que estas sirven para 'atacar' las células del cuerpo humano y podrían todos usar el mismo método. Estos métodos se basan en el cambio de color de los reactivos al encontrar virus, por la reacción que se produce con sus proteínas de la cubierta. Por lo tanto, es necesario que haya una cantidad importante de virus en la muestra para ser efectivos. Al no haber una fase de amplificación de varias horas, estos tests son rápidos y producen resultados en minutos. Algunos test de saliva se sirven de esta técnica.
- Detección de anticuerpos. Son los llamados test serológicos. Existen varios tipos de anticuerpos que se producen en las diferentes fases de la enfermedad, por lo que también pueden indicar si la infección está comenzando o si ya pasó la fase más aguda.
Alternativa a laboratorios desbordados
La necesidad de descartar el coronavirus será muy intensa en los próximos meses de otoño e invierno en los que los virus que afectan al tracto respiratorio se multiplican.
La actual situación que viven muchos laboratorios de microbiología en España ya está desbordada por el exceso de PCR que se practican. El uso de estas técnicas rápidas pueden ser útiles para el control de la pandemia.
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Maika Ávila
Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...