Duralex entra en suspensión de pagos: esta es la situación de la empresa que revolucionó las vajillas
El tribunal comercial de Orleans da seis meses a la cristalería francesa para que intente salvarse de la quiebra total
Madrid
Hace 75 años, Duralex revolucionó el mercado de las vajillas tal y como se conocía hasta entonces. En 1945 todas eran de loza, lo que suponía roturas constantes para desesperación de sus usuarios. Por eso, cuando la empresa francesa presentó su vajilla de vidrio templado, prácticamente indestructible, y encima a bajo precio, su éxito fue arrollador. Ahora, en cambio, sufre importantes problemas de tesorería, después de haber reducido drásticamente su producción durante más de un año tras un incidente relacionado con la sustitución de su horno en 2017, según señala el diario francés Le Monde.
La crisis sanitaria por el coronavirus ha sido el remate a esa situación complicada. Los hermanos Ioannidès, propietarios de la empresa, aseguran que han perdido "cerca del 60% de la facturación por el cese de las exportaciones, que representan el 80% del negocio".
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Todo ello ha conducido a la cristalería a una situación muy complicada. Este jueves, el tribunal comercial de Orleans declaró en suspensión de pagos a la empresa y le concede un período de observación de seis meses. "Se congelan las deudas de la empresa el día de la apertura del procedimiento. (...) Tras el inventario de todas las cuentas por cobrar por parte de los representantes legales, la empresa podrá proponer un plan de recuperación por continuación", señala la dirección de Duralex en una carta dirigida a sus empleados. En la misiva, el presidente Antoine Ioannidès intenta tranquilizar a los 248 trabajadores con los que cuenta actualmente la empresa: "Siguen trabajando y se les paga", insiste.
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La empresa, con sede en La Chapelle-Saint-Mesmin en Loiret, asegura que ya se han presentado varios compradores potenciales y agradece esta tregua de seis meses del Tribunal de Comercio de Orleans para seguir con las negociaciones con esos posibles compradores.
Duralex ya se libró de la quiebra hace unos años. En 2008, la empresa, entonces en manos de un empresario turco, se vio obligada a liquidar, antes de ser absorbida por el actual equipo directivo.