Las veces en las que Trump renegó de la COVID-19: de la "gripe china" a las inyecciones de desinfectante
Después de renegar de la enfermedad durante meses, Donald y Melania Trump han acabado contagiándose por COVID-19
Donald Trump habla sobre las inyecciones de detergente. / Cadena SER
Madrid
Donald y Melania Trump han dado positivo por COVID-19. Así lo ha dado a conocer el presidente de los Estados Unidos a través de su cuenta de Twitter, donde asegura que tanto él como su esposa empezaron la cuarentena el pasado jueves tras la confirmación del positivo de la asesora Hope Hicks: "Melania y yo hemos dado positivo por COVID-19. Hemos empezado la cuarentena y el proceso de recuperación. Superaremos esto juntos".
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De esta manera, Donald Trump acaba infectado de una enfermedad a la que trató de quitar hierro desde el primer momento. El 20 de enero de 2020, Estados Unidos confirmaba su primer caso de COVID-19 en el estado Washington. A partir de entonces, el número de infectados por el nuevo brote de coronavirus ha ido creciendo hasta contagiar a 7,5 millones de personas y acabar con la vida de 212.000 en todo el país. Sin embargo, no fue hasta mediados de julio, cuando el país se enfrentaba a 66.528 contagios diarios, cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vestía la mascarilla por primera vez y aseguraba que se trataba de un acto patriota.
Seis meses en los que republicano aprovechó, al igual que otros líderes mundiales como Boris Johnson y Jair Bolsonaro, para relativizar el daño de la pandemia sobre la salud pública y para exigir a los estados a que levantasen las restricciones cuanto antes para reactivar la economía. Y es que, según explicaba Donald Trump el pasado mes de marzo, una recesión iba a dejar muchas más víctimas mortales que la COVID-19: "Se perderá más gente si ponemos al país en una recesión masiva. Total, cada año mueren de la gripe 37.000 personas y este año vamos a tener 50.000".
Las veces en las que Donald Trump relativizó el daño de la COVID-19
"Desaparecerá milagrosamente cuando haga un poco más de calor". Hace ya varios meses, concretamente el pasado mes de febrero, el presidente estadounidense aseguraba que la situación provocada por la COVID-19 estaría controlada para el mes de abril gracias al incremento de las temperaturas: "Parece que en abril, en teoría, cuando haga un poco más de calor, desaparecerá milagrosamente".
"No hay que caer en el alarmismo". Varias semanas más tarde, Trump anunciaba que la situación generada por la COVID-19 en el país estaba bajo control y que no había que caer en el alarmismo: "Esto pasará, como todo. No hay que caer en el alarmismo". A pesar de que la Casa Blanca solicitaba 2.500 millones de dólares al Capitolio para tratar a quienes contrajeran la COVID-19, Donald Trump situaba al nuevo brote de coronavirus a la altura de la gripe común: "Esto no es como el ébola. Con el ébola te desintegrabas, esto es más bien como una gripe, hay que tratarlo como una gripe".
Donald Trump y la vacuna
"Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto". Varios meses más tarde, y después de declarar el estado de alarma a nivel nacional, Donald Trump sugería la posibilidad de tratar el coronavirus con "una inyección" de "desinfectante" o aplicando "luz solar" en el cuerpo humano para poder así vencer a la enfermedad: "Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto, en un minuto. ¿Hay alguna manera de que podamos hacer algo como una inyección dentro o casi una limpieza?". Un día más tarde, los hospitales estadounidenses registraban hasta 100 ingresos por personas intoxicadas por ingerir detergente.
"Estamos muy cerca de conseguir una vacuna". El pasado mes de febrero, y después de repetir hasta la saciedad que la situación de la COVID-19 en Estados Unidos estaba controlada, Donald Trump aseguró que estaba muy cerca de conseguir la vacuna. Una frase que repetía el mes de marzo, cuando volvió a reconocer que la vacuna llegaría en los próximos meses: "Creo que tendremos una vacuna relativamente pronto".
Donald Trump apunta a China
"Se les escapó, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron". Desde que se confirmaran los primeros casos de COVID-19 en el país, Donald Trump ha apuntado directamente a China como el responsable directo de esta enfermedad. El pasado mes de mayo, el presidente de los Estados Unidos llegó a asegurar que disponía de evidencias que demuestran que el nuevo brote de coronavirus fue creado en un laboratorio de Wuhan: "Podrían haberlo parado, son una nación brillante científicamente. Se les escapó, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron".
"Puedo llamarlo Kung Flu". Durante un mitin celebrado el pasado mes de junio en Oklahoma, el presidente de los Estados Unidos aseguró que la COVID-19 tenía una veintena de nombres. Entre ellos quiso destacar el de Kung Flu, una nomenclatura que ya generó una gran polémica meses atrás. ¿Por qué? Puesto que se trata de una palabra que nace de la unión de otras dos. Por una parte 'flu', que significa fiebre en inglés y, por la otra, 'kung', en referencia al arte marcial.
La última: critica a Biden por llevar siempre la mascarilla
"Cada vez que lo ves tiene una mascarilla". El pasado martes, el presidente de los Estados Unidos criticaba al demócrata Joe Biden por llevar siempre la mascarilla. Todo ello durante el primer debate presidencial, en el que Donald Trump afeaba el hecho de que Biden siguiera las medidas sanitarias para hacer frente a la COVID-19: "Tengo mascarilla, tengo una aquí mismo, pero no la uso como él, que cada vez que lo ves tiene una mascarilla. Puede estar hablando, a 200 pies de distancia y lleva la mascarilla más grande que hayas podido ver".
Apenas dos días más tarde de criticar a Biden por llevar mascarilla en todo momento, Donald Trump confirmaba su positivo por COVID-19 a través de las redes sociales. De esta manera, el estadounidense se suma Jair Bolsonaro y Boris Johnson quienes, tras quitarle importancia a la COVID-19, acabaron contrayendo la enfermedad.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...