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La batalla por la conquista de los suburbios

En un país donde cada vez están más marcadas las diferencias entre lo urbano y lo rural, donde los demócratas arrasan en las ciudades y los republicanos en el campo, los suburbios son esas 'zonas moradas' que pueden decidir unas elecciones. Los candidatos lo saben y centran la campaña en mensajes dirigidos especialmente a las mujeres que viven en la periferia de las ciudades

La batalla por la conquista de los suburbios

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Washington

"¿Os puedo pedir un favor, mujeres de los suburbios? ¿Me podéis votar? He salvado vuestros malditos suburbios y no tengo mucho tiempo para ser políticamente correcto" decía Donald Trump en uno de sus multitudinarios actos de la recta final de esta campaña.

"Suburbio", en Estados Unidos, no tiene el matiz peyorativo que la RAE define en español: "núcleo de población situado a las afueras de una ciudad y que, generalmente, constituye una zona deprimida". En este país, son los barrios que se han ido formando a las afueras de las grandes ciudades, donde vive en su mayoría clase trabajadora, en casas más grandes y más económicas que las que podrían encontrar en una urbe.

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En un país donde lo urbano y lo rural coexisten como dos mundos paralelos, donde los progresistas ganan por goleada en las ciudades y los conservadores reinan a sus anchas en el campo, los suburbios representan la Purple America (la América morada), donde el voto no está garantizado para ningún partido. O, dicho de otra manera, los candidatos se llevan enfocando en los suburbios desde la década de los 60 para ganarse ese voto veleta cuyo apoyo es fundamental para llegar a la presidencia.

Donald Trump arrasó en Ohio en 2016

Stephanie Pyser vive a unos 30 kilómetros al noroeste de Columbus, la capital de Ohio. Su casa tiene un bonito jardín delantero, césped impecable, decoración para Halloween y un cartel que dice: "Biden – Harris 2020". Me espera en el porche, donde haremos la entrevista, por esto del coronavirus.

Donald Trump arrasó en Ohio en 2016. Sacó ocho puntos más que Hillary Clinton que, cumpliendo la teoría de los mundos paralelos, sólo ganó en las grandes ciudades (Columbus, Cleveland, Cincinnati...), en el resto del estado se tiñó de rojo.

"Empezamos a ver sus mentiras, sus affairs, los pagos ilegales a actrices porno, el bullying que hace a toda persona que no piensa como él", explica Pyser en su porche. "Empecé a pensar que no querría que un tipo así fuera el director del colegio de mis hijos y resulta que está presidiendo nuestro país". Así que se reunió con sus vecinas y pensaron que tenían que hacer algo.

Decepcionadas con el gobierno de Trump

Crearon una organización de mujeres que no tenían experiencia previa en política pero sí la intención de frenar un modo de hacer política que les parece inmoral. "¿El ejemplo para nuestros hijos es Donald Trump? ¿Les vamos a decir que no mientan cuando el presidente lo está haciendo?". Así nació hace cuatro años, Positively Blue. Comenzaron siendo 50. Luego 100. Luego 200. Todas con perfiles distintos, profesoras, doctoras, abogadas, amas de casa, de diferente nivel económico, asegura Pyser. "Y empezamos a educarnos. Primero en política local, luego en política estatal. Estos años han sido una experiencia de aprendizaje enorme". Hasta el punto de que varias compañeras se han presentado a puestos en los ayuntamientos, incluso al senado de Ohio. "Algunas ganaron en las elecciones de mitad de mandato y otras no, pero movieron el equilibrio de la balanza en un estado muy republicano".

Las mujeres de los suburbios, las de Ohio como las de otros estados clave como Pensilvania, son un segmento de población especialmente decepcionado con el gobierno de Donald Trump. O eso es lo que dicen las encuestas. Esta semana un sondeo del Washington Post y ABC aseguraba que el 36% de las mujeres va a votar a Trump mientras que un 59% va a apoyar a Biden. En 2016, casi la mitad de las mujeres blancas, con estudios universitarios votó por candidato republicano.

"Posiblemente, los escándalos de abusos sexuales que implican a Trump, son una de las razones de la pérdida de confianza de las mujeres", explica Jeffrey Green, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Pennsylvania. "En el otro lado, puede que la retórica machista de Trump le haga mantener el apoyo de los hombres, especialmente de los hombres blancos" que, según las encuestas, es el segmento de población que más le respalda.

Las estrategias de los candidatos en los suburbios

La de Trump es clara y la repite hasta la saciedad: "ley y orden". El candidato republicano asegura que va a proteger los suburbios de la violencia de las ciudades, de mayoría demócrata; de los "manifestantes radicales", como él los llama, y de los antifascistas.

Para Pyser ese discurso es una distracción. "Nosotras conocemos nuestros barrios y ese discurso del miedo no funciona". "La violencia en las manifestaciones ha sido puntual, nosotras hemos organizado protestas en apoyo al movimiento Black Lives Matter porque lo que no queremos es más asesinatos como el de Breonna Taylor".

Biden o la empatía para acercarse a los suburbios

La estrategia de Biden está en las antípodas. El demócrata usa la carta de la empatía para acercarse a las mujeres de los suburbios. "La compasión importa, el respeto importa", decía Biden en un acto de campaña unos días atrás.

"Y no sólo la de un político, importa porque somos seres humanos, convivimos todos juntos". Biden suele hablar de la muerte de su esposa y su hija en un accidente de coche hace décadas, y la de su hijo Beau, enfermo de cáncer, cuando ocupaba la vicepresidencia en la administración Obama. Cuenta cómo superó sus tragedias personales para presentarse como la persona que puede sacar adelante a este país herido.

La ruptura real de la polarización

Estos cuatro años que Trump está a punto de cumplir en la presidencia dejan muchas grietas en la sociedad. Stephanie Pyser asegura que la polarización ha afectado la convivencia entre vecinos, entre amigos, entre la propia familia.

"Definitivamente, he perdido a varios amigos", reconoce con tono serio. "Ha sido un shock ver a gente a la que aprecias repetir los mensajes racistas de Trump. Ha sido muy duro", sentencia.

"Me encantaría que hubiera un Partido Republicano mejor preparado, que proponga una alternativa sólida al Partido Demócrata", dice queriendo enfatizar la diferencia entre los votantes republicanos y los seguidores trumpistas. "Pero la diferencia entre el candidato y el partido se ha difuminado, se nos ha ido de las manos".

Quedan justo dos semanas para la cita electoral aunque la votación en sí, hace días que empezó. Más de 30 millones de ciudadanos han votado anticipadamente. Los candidatos tienen en sus agendas auténticos maratones de campaña por delante para intentar movilizar al electorado clave de esa 'América morada' cuyo apoyo va a determinar quién será el próximo en ocupar la Casa Blanca.

 
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