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'The AIDS Memorial', la Historia de una generación destruida por el VIH

Un perfil de Instagram recoge miles de recuerdos de quienes murieron por el SIDA, contadas por sus familias y amigos

'The AIDS Memorial', la Historia de una generación destruida por el VIH

'The AIDS Memorial', la Historia de una generación destruida por el VIH

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Madrid

Tim, un guapísimo chico de rizos rubios, murió en 1996. Había conseguido sobrevivir a la mayoría de sus amigos y a su propia pareja, todos víctimas del SIDA en los 80. Daniel se lamenta —sobre una foto en que aparece, de bebé, en brazos de su tío Robert, de que éste no supiera poco antes de morir que estaba sosteniendo a “alguien tan maravillosamente gay como él”, al que le hubiera gustado tener cerca como modelo positivo en el que fijarse al crecer. Lou recuerda a su tío José, del que nadie habla en la familia.

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Tres historias de miles, con dos cosas en común: las tres son de personas que murieron de SIDA, y las tres dejaron un impacto enorme en sus familias cuando se marcharon. “Son las historias de una generación perdida por la pandemia del Sida”, explica a La SER el activista Ron Sese desde Nueva York. La epidemia del SIDA golpeó a la comunidad gay especialmente en los 80, “de una manera que a veces ha pasado desapercibida”. Y cree que ha llegado el momento de mostrar la verdadera dimensión, porque “tenemos los números, pero nos faltan las historias que humanicen lo que pasó”. No eran miles de personas; eran padres, madres, hijos, amigos y compañeros, amantes, “que se fueron demasiado pronto porque la comunidad que más afectada se vio no fue escuchada. Se sienten robados de esas personas”.

En 2017, un escocés llamado Stuart empezó a subir algunas de esas historias a una cuenta de Instagram llamada ‘The AIDS Memorial’ (El monumento del SIDA). El éxito fue tal que —en una red reconocida por preferir imágenes cómodas—, ahora tiene más de 157.000 seguidores. Sobre fotos antiguas, algunas con varias décadas a sus espaldas, vemos a gente de todo pelaje, pero sobre todo a muchos chicos jóvenes. “Nuestros libros no cubren esta parte de la historia”, se lamenta Ron, que ve ‘The Aids Memorial’ como una especie de historia oral, que una comunidad marginada entonces tiene que preservar y pasar a la siguiente generación.

La Historia de una generación destruida por el VIH / The AIDS Memorial

Frente a la imagen oscura del VIH y el SIDA como algo de gente marginal, el Memorial muestra el verdadero alcance de una pandemia que hace 40 años entró en casas de todo tipo: “Conocía a un ejecutivo de Wall Street, de los de traje y corbata, un verdadero ejemplo del sueño americano, que acabó dejando su trabajo para ser activista a tiempo completo cuando vio cómo se maltrataba a la gente con VIH”. Afectó a todo mundo, “y eso se ve mucho mejor en el Memorial que en las historias que ofrecieron los medios entonces”, dice Ron en tono crítico.

Abundan las historias recuperadas por sobrinos que quieren traer luz a la memoria de aquel tío que perdieron siendo niños, y que sus padres rodearon de silencio. Y se producen cruces curiosos que nos explica Ron, de gente que tras leer una historia comenta debajo “la conocí, fue mi vecino, trabajamos juntos… memorias conectadas a través de la página y que comparten una misma pérdida”.

A veces ‘The AIDS Memorial’ permite recuperar la memoria del pasado en sentido literal. Gallaxy pudo poner un final a un amor de verano gracias a lo que leyó en este monumento. Conoció a Allan en el verano del 94 en San Francisco. Se escribieron durante meses, hasta que un día sus cartas dejaron de llegar. Nunca supo por qué, hasta que años después ha podido leer el nombre de aquel amor de verano en el Memorial. “Si vuelvo a San Francisco, iré a poner flores —dice Gallaxy— a alguien hermoso que me hizo quererme a mi mismo”.

Un padre comparte con sus hijos la memoria de su mejor amigo, muerto por SIDA hace años. Y lo hace con cariño y orgullo. Este monumento virtual permite devolver a tantas personas la humanidad que se les robó junto a su salud y su vida, porque VIH y SIDA estigmatizaban, “la persona era percibida como sucia. Y cómo se transmitía por vía sexual era como decirle a alguien que era una puta”.

La Historia de una generación destruida por el VIH / The AIDS Memorial

“Hay que ponerse en un contexto cultural que frenó el compartir esa memoria”, se lamenta Ron. Las personas seropositivas sentían vergüenza y eran culpadas. Y sabían que iban a morir, “porque no veían una posibilidad de tener una vida vivible, al menos no en varias décadas”. Es imposible no conmoverse leyendo cómo la gente “se marchaba” sin poder hacer nada por ellos, o sin recibir el abrazo de familias que les repudiaban.

“Las historias que más me tocan son las de amores perdidos —reconoce Ron—, te rompen el corazón. Sobrevivir a alguien a quien amabas y que te han arrebatado. En tu juventud, viendo cómo se fue deteriorando sin medicación adecuada, sin un tratamiento posible”. E insiste en cómo hubo una generación de hombres gays “que vieron a sus amores irse sin ni siquiera tener cuidados, sin esperanza alguna",

Se pueden perder horas leyendo estas historias. Son historias tristes, y a veces es imposible no llorar. Pero todas están escritas con cariño, y muestran cómo ninguna de estas personas fue víctima, sino alguien con sueños, virtudes y defectos, que dejó una huella profunda en quienes le rodearon, que muchos años después sigue ahí, esperando a ser compartida.

 
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