El importante matiz del discurso de Felipe VI en 2020 y el de su proclamación en 2014
El rey se ha referido en su tradicional mensaje navideño a las palabras que pronunció delante de las Cortes Generales hace ya seis años, en el día de su proclamación como jefe del Estado
De esta manera, Felipe VI alude a unos "principios éticos y morales" que "obligan a todos sin excepciones" por encima de las consideraciones familiares
Madrid
Casi al final de su discurso. En el clímax del mensaje real, Felipe VI ha aludido a los principios "morales y éticos" derivados del cargo y que "obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares". Así, el rey hace referencia a unas líneas de su discurso de proclamación en 2014 frente a las Cortes Generales y que muchos consideran es una mención indirecta a su padre, el rey emérito Juan Carlos I. Este importante matiz, que no estaba en el discurso del año pasado en estas mismas fechas, menta por tanto a esas "responsabilidades como jefe de Estado" y que forman parte del "espíritu renovador" que inspira su reinado "desde el primer día".
La literalidad de estas breves líneas de su discurso es la siguiente: "Ya en 2014, en mi Proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares".
De estas pocas líneas, hay ciertas palabras que brillan por su dureza: "sin excepciones", "por encima de cualquier consideración", "incluso personal o familiar". Después continua: "Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como Jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi Reinado desde el primer día". Felipe VI parece poner un punto y aparte entre su padre y él mismo, después de los escándalos financieros que han salpicado al rey emérito. Recordemos que el rey renunció a la herencia de su padre el 15 de marzo de este mismo año y le quitó la asignación presupuestaria. Aun así, Juan Carlos I conserva el título de rey y sigue formando parte de la Familia Real.
El discurso de proclamación de 2014
En el año 2014, momento de la abdicación de Juan Carlos I; Felipe VI se dirigió a los diputados en las Cortes Generales y a toda la nación española en un discurso histórico de proclamación. Después de las loas a su padre: "Quiero rendir un homenaje de gratitud y respeto hacia mi padre, el Rey Juan Carlos I. Un reinado excepcional pasa hoy a formar parte de nuestra historia con un legado político extraordinario. Hace casi 40 años, desde esta tribuna, mi padre manifestó que quería ser Rey de todos los españoles. Y lo ha sido"; pasó a nombrar lo que considera el ideal de la corona y que reproducimos íntegramente:
"La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social. Porque, sólo de esa manera, se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones. Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos.
Felipe VI, por tanto, alude a esos principios morales que ya mencionó en 2014 y que iban a formar parte desde entonces de su reinado. "Estas son, Señorías, mis convicciones sobre la Corona que, desde hoy, encarno: una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", dijo por entonces. Recordemos que en 2014 la preocupación de los ciudadanos por la corrupción política y, en definitiva, pública era creciente. El propio rey emérito entendió que era necesario dar un paso al lado para dar pie a esta monarquía renovada.