Trump llegó alzando la voz por la atención del mundo y la logró: ahora se acaba el 'reality' de la Casa Blanca

Una corbata roja demasiado larga. Un puño en alto en honor a los suyos. Un rostro enfadado con un tono airado. Donald Trump nunca ocultó sus intenciones, reflejadas en unas palabras y un lenguaje corporal cristalinos. Durante más de cuatro años, el republicano Donald Trump cultivó una base política al compartir sus pensamientos, su orgullo, su felicidad, su indignación y su rabia a diario, creando una especie de omnipresencia que dominó la agenda informativa por completo. Como ningún presidente de Estados Unidos ha hecho antes, se convirtió en el centro de atención, la estrella de un reality show literal que fue su administración, siempre con un ojo para la cámara, un don para lo dramático, un instinto para lo escandaloso. A sus seguidores les encantó y sus detractores le odiaron, pero casi todos estaban pendientes. El país y el mundo miraron y fueron consumidos. Este miércoles, Trump dejará la Casa Blanca por última vez como el 45° presidente de los Estados Unidos, tomando su último vuelo en el helicóptero Marine One a la Base Conjunta Andrews, donde abordará el Air Force One rumbo a Florida. Sin apenas despedirse, el presidente saliente, Donald Trump, apura las últimas horas como el hombre más poderoso del mundo mientras Estados Unidos vive unos días de turbulencias políticas sin precedente reciente tras el asalto violento al Capitolio a principios de mes. El presidente electo, Joe Biden, ya se prepara para la ceremonia de investidura de este miércoles en medio de un enorme despliegue de seguridad en Washington ante el temor a nuevos incidentes violentos. La que sí se ha despedido ha sido la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, quien ha dicho adiós al cargo y a la Casa Blanca con un mensaje en el que ha apelado a la bondad del pueblo estadounidense, a quien ha pedido que se comporte como «una familia nacional» ante los próximos desafíos que encara el país. «Hay que centrarse en lo que nos une para elevarnos por encima de lo que nos divide. Elegir siempre el amor sobre el odio, la paz sobre la violencia y a los demás antes que a uno mismo», ha expresado en un discurso en el que ha enfatizado «el honor» que ha supuesto para ella ostentar el cargo de primera dama. «Juntos, como una familia nacional, podemos continuar siendo la luz de la esperanza para las generaciones futuras y continuar el legado de Estados Unidos de elevar a nuestra nación a mayores alturas, a través de nuestro espíritu de valentía, bondad y fe», ha dicho. La primera dama, quien ha calificado como «inolvidables» los cuatro años de su marido, el presidente, Donald Trump, al frente de la Casa Blanca, ha pedido a los estadounidenses que «sean apasionados en todo lo que hagan», pero que no se amparen para ello en la violencia. «Recuerden siempre que la violencia nunca es la respuesta y nunca estará justificada», ha recalcado, como ya hiciera hace una semana con motivo del ataque al Capitolio por parte de una turba de exaltados partidarios de su esposo. «Ruego a las personas que detengan la violencia, que nunca hagan suposiciones en virtud del color de la piel ni usen la diferencia de ideologías políticas como base para la agresión y la crueldad. Debemos escucharnos los unos a los otros y centrarnos en lo que nos une», dijo.

Trump llegó alzando la voz por la atención del mundo y la logró: ahora se acaba el 'reality' de la Casa Blanca

Donald Trump deja este miércoles la Casa Blanca por última vez como el 45° presidente de los Estados Unidos, tomando su último vuelo en el helicóptero Marine One a la Base Conjunta Andrews, donde se subirá al Air Force One rumbo a Florida

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