Los 7 principales retos a los que se enfrenta Joe Biden tras la presidencia de Donald Trump
Joe Biden coge el timón de un país muy diferente al que dejó cuando abandonó la vicepresidencia en enero de 2017 junto a Barack Obama
La pandemia del coronavirus, el segundo 'impeachment' a Trump o la polarización de la sociedad son algunos de los principales retos a los que tendrá que dar solución el nuevo presidente del país
Madrid
Joe Biden tomará este miércoles los mandos de un país muy diferente al que dejó cuatro años atrás, cuando terminó su vicepresidencia junto a Barack Obama. Estados Unidos vive hoy una ceremonia de inauguración presidencial totalmente atípica, casi sin público y con un Washington blindado con un dispositivo de seguridad sin precedentes tras el ataque al Capitolio del pasado día 6 de enero. Más de 20.000 militares de la Guardia Nacional vigilarán cada rincón de la explanada del Mall de Washington en la que jurarán el cargo Joe Biden y Kamala Harris.
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El que será el 46º presidente de EEUU tiene el reto de actuar como figura de consenso para unificar a un país más polarizado que nunca tras cuatro años de presidencia de un Donald Trump que ha llevado al país a límites impensables. Estos serán algunos de los desafíos a los que tendrá que hacer frente el hasta hoy presidente electo del país:
Una pandemia descontrolada que deja 400.000 muertes
Frenar la expansión del COVID-19 será el reto más apremiante del nuevo presidente. Estados Unidos lleva dos semanas superando los 200.000 casos al día y en este periodo de tiempo ha registrado más de 4.000 muertes diarias en tres ocasiones. Desde que comenzó la pandemia 400.000 personas han perdido la vida a causa del coronavirus y más de 23.600.000 personas han dado positivo.
Durante este último año, Donald Trump ha protagonizado todo tipo de polémicas relacionadas con el coronavirus. Su administración minimizó en un primer lugar el posible riesgo de la pandemia, después actuó tarde contra ella, desoyó en muchas ocasiones a su principal asesor en la materia, Anthony Fauci, llegó a recomendar “inyectar lejía y luz solar” a pacientes graves de COVID-19, estuvo ingresado tras dar positivo por coronavirus y celebró mítines multitudinarios y eventos presenciales en la Casa Blanca que generaron decenas de contagios entre sus asesores y colegas.
<p>Kamala Harris jurará este miércoles su cargo como primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, consiguiendo un nuevo hito en una carrera ya repleta de históricos logros</p>
Biden tiene el objetivo de dejar todo eso atrás y para ello ha prometido aumentar el ritmo de vacunación del país, que ha descrito como “un lamentable fracaso hasta ahora”. El 46º presidente del país ha garantizado que “moverá cielo y tierra para vacunar a más personas” y se ha puesto un objetivo: 100 millones de dosis inoculadas para el fin de sus primeros 100 días al frente del Ejecutivo.
Además, el nuevo presidente firmará un decreto en su primer día como presidente para declarar el uso obligatorio de mascarillas en propiedades federales y transportes que crucen líneas estatales.
El segundo 'impeachment' de Trump y el papel del Senado
Solo quedaban dos semanas para el fin de su mandato y Donald Trump decidió añadir un capítulo negro más a su paso por la Casa Blanca. El 6 de enero de 2021 Trump azuzaba a sus miles de seguidores a marchar hacia el Capitolio, donde se tenía que certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre. Cientos de manifestantes asaltaron la sede del principal órgano legislativo del país en un ataque que dejó cinco muertos, decenas de detenidos e imágenes que dieron la vuelta al mundo.
Las primeras semanas de la presidencia de Joe Biden coincidirán con el inicio del juicio político en el que se dirimirá si Donald Trump fue responsable de “incitar a la violencia” en los fatídicos eventos del ataque al Capitolio. Biden ha repetido en múltiples ocasiones que quiere “unificar a una nación dividida”, algo que podría chocar directamente con la celebración de un ‘impeachment’ en la que demócratas y unos republicanos cada vez más hartos de los excesos de Trump debatan durante semanas los motivos por los que el magnate neoyorquino debe (o no) ser declarado culpable. De ser condenado, Trump se quedaría sin opciones de presentarse de nuevo a las elecciones presidenciales de 2024.
El segundo ‘impeachment’ a Trump supone un gran contratiempo para Biden. Un Senado centrado en un juicio político al expresidente Trump es un Senado que no podrá estar dedicado en su totalidad a impulsar la ambiciosa agenda de los primeros 100 días del Ejecutivo del que fuera el vicepresidente de EEUU durante los mandatos de Barack Obama.
Revolución económica y fiscal para hacer frente a la crisis
Trump confiaba en la economía como su baza para asegurarse la reelección en 2020. Sin embargo, llegó el coronavirus y lo mandó todo al traste. La economía de EEUU sufría el mayor golpe de su historia y su PIB caía hasta un 9,5% en un solo trimestre. Después rebotaba un 7,5% en el último dato conocido hasta la fecha. Los efectos del COVID también tuvieron su reflejo en la tasa de desempleo, que pasó del 4,7% que heredó de Obama hasta un histórico 14,8% en abril. Es cierto que la tendencia es a la baja en los últimos meses, pero Trump cierra su mandato con un 6,7% de parados, dos puntos más que en enero de 2017.
Para luchar contra los estragos del COVID-19 en EEUU, Biden ha prometido un plan de ayuda millonario que “estimule la economía” y para ello ha anunciado cheques de 1.400 dólares, ayudas a las pequeñas empresas y miles de millones de euros en ayudas para la reapertura de colegios en un paquete de medidas que planea anunciar el mes que viene en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes. También ha prometido la creación de cinco millones de puestos de empleo a través de inversiones para incentivar la inversión doméstica.
El plan fiscal de Trump también será historia. Biden propondrá un nuevo programa de impuestos que prevé subir las tasas a las empresas hasta el 28% en lugar del 21% actual establecido por Donald Trump. El futuro presidente demócrata ha asegurado que ninguna persona que cobre menos de 400.000 dólares verá mermados sus ingresos, pero sí se impondrán impuestos a aquellos que cobren por encima de esta cifra. Las subidas fiscales se utilizarán para financiar la nueva opción pública en la atención sanitaria. Por último, ha prometido que aumentará el salario mínimo hasta los 15 dólares a la hora, el doble de la cifra actual (7,25 dólares/hora).
Cambio climático y vuelta al Acuerdo de París
Estados Unidos fue uno de los principales impulsores del Acuerdo de París sobre el clima durante los mandatos de Barack Obama. Sin embargo, Donald Trump decidió unilateralmente abandonar el pacto entre las principales potencias del mundo para que el aumento de la temperatura media del planeta a final de siglo esté por debajo de los 2ºC.
Biden quiere poner fin a esto desde el primer día de su presidencia y la reincorporación al Acuerdo de París será una de las medidas que aprobará el demócrata en sus primeros decretos como presidente.
"EEUU volverá al Acuerdo de París en el primer día de mi presidencia, e inmediatamente empezaré a trabajar con mis homólogos en el mundo para hacer todo lo que se pueda, incluido convocar a los líderes de las mayores economías para una cumbre del clima en mis primeros 100 días en el cargo", dijo Joe Biden en un comunicado en el mes de diciembre.
Dejar atrás las polémicas decisiones migratorias de Trump
La primera mitad de la estancia de Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca estuvo marcada, entre otras cosas, por las políticas migratorias de su Administración. El muro entre EEUU y México o la polémica separación de familias de inmigrantes en la frontera mexicana (ahora paralizada por diversos tribunales) protagonizaron titulares durante meses.
Ahora Joe Biden quiere deshacer muchas de las decisiones de su predecesor en materia migratoria. Los primeros 100 días de su presidencia servirán para aprobar una orden ejecutiva para crear una fuerza especial que reúna a familias separadas en la frontera, así como para derogar el veto de Trump a la entrada al país de ciudadanos de países musulmanes, crear ayudas para que más de 10 millones de personas puedan conseguir la ciudadanía estadounidense y detener la construcción del polémico muro de Donald Trump retirando los fondos destinados al proyecto.
Violencia y discriminación racial
2020 ha sido, sin duda, el año del coronavirus a nivel mundial. Sin embargo, EEUU ha vivido en sus calles la explosión de otra pandemia, latente desde hace décadas, y de la que parte de su ciudadanía ha dicho basta. Se trata de la discriminación racial en el país. El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minnesota tras ser retenido durante minutos con una rodilla sobre su cuello despertó una ola de protestas en las calles y el nacimiento del movimiento ‘Black Lives Matter’ con los que la administración Biden tiene ahora que lidiar.
El nuevo presidente no va a obviar el asunto y parece que su respuesta va a ser más contundente que la sesión fotográfica, biblia en mano, que protagonizó Donald Trump el pasado 1 de junio como única acción para calmar las protestas en las calles de Washington por la violencia policial contra la población negra vista en casos como el del propio George Floyd o el de Breonna Taylor.
En sus primeros 100 días, Biden se ha comprometido a escuchar el clamor en las calles demandando una reforma policial y creará una comisión de supervisión de la policía a nivel nacional. “Necesitamos que absolutamente todos los departamentos de policía del país lleven a cabo una revisión exhaustiva de sus prácticas de contratación, de sus entrenamientos y de sus estrategias de desescalada”, dijo Biden en un discurso electoral sobre el tema.
Una sociedad más polarizada y dividida que nunca
Estados Unidos ha cambiado mucho desde que Biden dejó la vicepresidencia a comienzos de 2017. En solo cuatro años el país ha hecho frente a una pandemia mortal, a dos procesos de ‘impeachment’ a un mismo presidente por primera vez en la historia, a una crisis económica sin precedentes, al despertar de unas protestas sociales por la muerte de George Floyd y al reciente asalto al Capitolio del país a manos de simpatizantes de un presidente que instigaba la toma del edificio.
Cualquiera de estos eventos es histórico y traumático. Todos ellos juntos en un espacio de tiempo tan corto han hecho que los últimos cuatro años sean especialmente dolorosos para una sociedad norteamericana más dividida y polarizada que nunca. Una de las mayores tareas de Joe Biden y Kamala Harris será la de unificar a un país que vive una crisis histórica no solo por la pandemia, sino por la desconfianza en las instituciones y en el resultado de las elecciones que ha sembrado en los últimos meses Donald Trump.
De hecho, a pesar de ser el presidente más votado de la historia del país (más de 81 millones de papeletas), el 70% de los estadounidenses afines al Partido Republicano afirman todavía que Joe Biden no fue elegido presidente de forma legítima, según una reciente encuesta de ‘The Washington Post’ y ‘ ABC News’.
Guillermo Nieto
Desde 2017 escribe en la sección digital de la Cadena SER