Keita Baldé: un rebelde con causa
El jugador de la Sampdoria no solamente destaca por su calidad sino por su faceta más comprometida fuera del campo
Ha sido uno de los activos más importantes en el movimiento Black Lives Matter en el mundo del fútbol
Madrid
Keita Baldé Diao nació en Arbúcias, localidad de la provincia de Girona. Hijo de padres senegaleses que buscaron en España una tierra de oportunidades donde darle una vida mejor a sus hijos, lo consiguieron. De los seis pequeños que nacieron en Cataluña, nos quedaremos con uno, tal vez el más reconocido a nivel mundial pero seguramente tan desconocido como el resto de sus hermanos en lo que respecta a su vida personal: 25 años tiene un rebelde con causa.
La broma que dejó al Barça sin Keita Baldé
A un pequeño de tan solo 9 años de edad le llega la llamada que todo niño sueña: La Masia llama a su puerta. No se equivocaron en su fichaje. Tras más de cinco años, sus cifras están por los aires superando los 500 goles como canterano y convirtiéndose en una de las grandes promesas del club.
Sin embargo, todo se tuerce en una gira en Qatar en 2010. Con 15 años Keita Baldé gasta una broma pesada a uno de sus compañeros, quien una noche encuentra su cama llena de cubitos de hielo. El club de los ‘valors’, por antonomasia, castiga a la gran perla del equipo y lo cede al Cornellà. Allí, con 47 goles se reivindica y ante la posibilidad de volver al Barça, Keita se planta y lo rechaza. La Lazio paga 300.000€ y se lo lleva a Roma.
Un año en las categorías inferiores del conjunto laziale fue suficiente para que su carrera en Italia cogiese el vuelo que desde La Masía sabrían que tendría. Se convirtió en un auténtico baluarte del equipo romano. Tanto es así que sus buenas actuaciones llamaron a las puertas de la Selección, sin embargo él decidió jugar con Senegal, el país de origen de sus padres, así lo explicó en una entrevista con El Chiringuito: “Ver la ilusión de mis padres viendo cómo soy uno de los ídolos del país es emocionante. Ver cómo viven el fútbol, cómo lo aman, es increíble”.
El activo más importante contra el racismo en el fútbol
Keita Baldé ha financiado la construcción de dos grandes proyectos en su país, todos supervisados por su madre: un colegio, evitando que los pequeños no tengan que recorrer muchos kilómetros para ir a la escuela, y una mezquita.
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Estas ‘desconocidas’ aportaciones de Baldé se fueron por la borda hace unos meses. En medio de la pandemia, un grupo de temporeros (trabajadores dedicados al trabajo en el campo) necesitaban asilo para trabajar en la agricultura catalana, como es usual en estas fechas. Sin embargo, su origen pareció ser motivo suficiente para que muchos hosteleros les negaran alojamiento. Esta injusticia llegó a oídos de Keita Baldé que decidió alquilar todo un edificio para alojarlos. Una ayuda que quería que fuese anónima aunque no lo consiguió, tal y como declaró en una entrevista con El Mundo: “Quería que fuera anónima pero vistas las dificultades tuve que dar la cara. Ayudé a 150 personas: alojamiento, ropa y comida para tres meses”, afirmó. Una noticia de alcance nacional que incrementó la popularidad de su figura en nuestro país.
Este hecho, sumado a sus constantes reivindicaciones tras el movimiento #BlackLivesMatter a partir del asesinato de George Floyd hicieron de Keita Baldé, el activo más importante y reconocido del movimiento en el mundo del fútbol: “Invertiría todo lo que he ganado en curar el racismo. La vida de los negros importan si te llamas Keita Baldé, si eres un temporero de Lleida, no”.
Si un vecino necesita algo, ¿por qué no ayudarle?
La vida de Keita Baldé ha venido marcada por una constante rebeldía hacia lo establecido: su familia y él, tal y como él mismo contó en el portal italiano Quotidiano.net “fue la primera generación de negros en España”, después fue castigado por uno de los clubes más grandes del mundo a causa de una broma infantil y cuando le ‘perdonaron’, él decidió irse por otro camino, ¿A dónde? al club con una de las aficiones más racistas del mundo. A partir de ahí su camino se extendió por el Mónaco, Inter de Milán y ahora Sampdoria, acompañado siempre de sus seres queridos y continuando su legado, sobre todo, fuera del campo: “Soy privilegiado por la familia que tengo y los amigos que me rodean; no solo por el hecho de ser futbolista”.
La figura del futbolista parece ser comúnmente preestablecida, aunque como vimos con Héctor Bellerín, no siempre es así. Muchos de los profesionales que se dedican a este deporte utilizan su figura para ayudar a los que más lo necesitan, y no siempre de cara a la galería. Como él dice: “no podemos esperar que haya un Keita Baldé en cada puerto”, pero lo que sí podemos hacer es agradecer y elogiar este tipo de gestos, que no hacen otra cosa que limpiar los prejuicios que la figura del futbolista va soportando a lo largo de su carrera. Keita Baldé es un rebelde con causa, ¿su causa? combatir las injusticias y ayudar al que lo necesite siempre que pueda: “Desde pequeño soy así, un chico de corazón y de compartir. Si un vecino necesita algo, ¿por qué no ayudarle?.
Ricky Dias
Ourense, 1997. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Llegó a la redacción...