Primera condena firme para la etarra 'Anboto' en España: más de cien años por un asesinato en 1995 en León
El Supremo confirma para ella 122 años de cárcel por el asesinato de Luciano Cortizo en León en 1995
Es la primera condena firme para la dirigente etarra desde que fue entregada a España por Francia
Madrid
El Tribunal Supremo ha dictado la primera condena firme para la etarra Soledad Iparagirre 'Anboto' desde su entrega a España por parte de las autoridades francesas. Los jueces han declarado firme su condena de 122 años de prisión por intervenir en el atentado que en 1995 acabó con la vida del militar Luciano Cortizo en León con una bomba lapa en su coche.
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Fue el primer juicio al que se enfrentó Iparagirre después de ser entregada por las autoridades francesas tras cumplir condena en ese país por su papel en la banda terrorista. La sentencia que ha dado a conocer este miércoles el Tribunal Supremo supone por tanto su primera condena firme en nuestro país en una lista de más de diez causas pendientes con la Justicia española.
En este caso el alto tribunal considera probado que la entonces jefa de los comandos legales de la banda ordenó el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo: una bomba lapa en su coche en diciembre de 1995 que, al explotar, mató al militar, hirió a su hija y afectó también a varios peatones. El etarra Sergio Polo fue el que recibió los explosivos y los colocó en el coche por orden de Anboto.
La sala de lo penal del Tribunal Supremo declara firme su condena de 122 años de cárcel tal y como habían pedido tanto la Fiscalía como las víctimas, por delitos de asesinato terrorista, delitos frustrados de asesinato y por tenencia de explosivos. Los jueces también confirman las indemnizaciones para los familiares de Cortizo y los afectados que, en total, suman más de un millón de euros.
Iparagirre es Anboto
El Supremo no sólo declara firme su primera condena en España sino que despeja una incógnita cuestionada por su defensa: su sobrenombre dentro de ETA era Anboto. Para la sala no hay pruebas de "qué otra persona podría responder a ese alias", añadiendo que "nadie ha insinuado una identidad alternativa mínimamente razonable o verosímil sobre qué otra mujer situada en los más altos niveles de ETA podía parapetarse tras ese alias". Para los jueces "el único intento efectuado en esa dirección acabó con una referencia de uno de los testigos a Pepita de los palotes (vulgarismo popular para designar a un quidam, a cualquiera)".
Iparagirre tiene varias causas pendientes en la Audiencia Nacional después de haber sido entregada por las autoridades francesas. Recientemente la Audiencia decidió absolver a Iparagirre, acusada de participar en un atentado con granadas a una comisaría de Policía Nacional en Oviedo en los años noventa, una decisión que será recurrida por la Fiscalía.
En el caso del atentado mortal en León, el Supremo explica que Iparagirre "era la conocida con el alias Anboto" algo que "quedaría acreditado, según la extensa, detallada y minuciosa sentencia, por las manifestaciones efectuadas en sede judicial por algunos de los condenados por acciones de esa índole (incluyendo reconocimientos fotográficos); los informes y deducciones efectuadas por los agentes de la guardia civil que elaboraron y suscribieron esas “periciales de inteligencia”, así como por diversa documentación".