Veinte años de cárcel por asesinar a su pareja y quemar su casa en Valencia

Madrid

El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de veinte años de prisión para un hombre que en 2017 asesinó a su pareja, Irina, en Valencia y después quemó la casa en la que vivían. Los jueces confirman su condena por un delito de asesinato con alevosía y agravante de parentesco en un caso en el que, en primera instancia, la fiscal Susana Gisbert pidió sin éxito que también se le aplicase una agravante de género.

Los hechos tuvieron lugar en julio de 2017 en la casa que la pareja compartía en Valencia. El hombre empezó a propinar una brutal paliza a su pareja por todo el cuerpo causándole varias fracturas en la cara para después asfixiarla con sus propias manos, asegurándose de su muerte utilizando después una almohada. Después abandonó el domicilio y llevó al hijo de la víctima, que tenía entonces nueve años, a una hamburguesería cercana.

Según el relato de hechos probados que avala el Tribunal Supremo el asesino dejó allí al niño y volvió al piso para quemar el cadáver de su víctima. Las llamas se extendieron a todo el inmueble y una llamada de una vecina a los servicios de emergencias, que veía todo desde el balcón, evitó mayores destrozos y más víctimas. Antes de asesinar a su pareja, el acusado intentó cubrirse: le dijo a un vecino que "iban a ir a la casa unas personas y que si escuchaba ruidos que no se preocupara".

Ahora el Tribunal Supremo ha confirmado la condena que le impuso en primera instancia la Audiencia de Valencia y que confirmó después el Tribunal Superior de Justicia: veinte años de prisión por un delito de asesinato con alevosía con agravante de parentesco pero sin que se aplicase agravante de género, como pidió la fiscal Susana Gisbert en primera instancia durante el juicio. También queda absuelto en firme del delito de incendio.