Científicos desarrollan un tratamiento para las trombosis detectadas tras algunas vacunaciones con AstraZeneca
Los investigadores del Hospital Universitario de Greifswald han descubierto que la vacuna de AstraZeneca desarrolla un mecanismo de defensa en el sistema inmunitario de algunas personas que produce los casos de trombosis
Berlín
Un grupo de investigación del Hospital Universitario de Greifswald, al noroeste de Alemania, han descubierto cómo puede desarrollarse esta trombosis cerebral, extremadamente rara, que se ha dado en algunas personas tras la vacunación con AstraZeneca.
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El equipo obtuvo muestras de sangre de pacientes con trombosis que habían sido inmunizados con esta vacuna a través del Instituto Paul Ehrlich, autoridad competente en vacunas en Alemania, y las analizó en detalle. Descubrieron que la vacuna de AstraZeneca aparentemente desarrolla un mecanismo de defensa en el sistema inmunitario de algunas personas.
La vacuna activa las plaquetas de la sangre o trombocitos, un proceso similar al que se origina en el cuerpo humano cuando cierra una herida. Y en algunos casos, se produce un aumento de plaquetas mayor a lo habitual, lo que lleva a la formación de coágulos de sangre en el cerebro de algunos pacientes. "En todos los pacientes con la complicación que hemos podido estudiar hasta ahora hemos encontrado lo mismo", afirma el doctor Andreas Greinacher, especialista en coagulación de Greifswald y director de la investigación.
Al haberse identificado tan claramente el mecanismo, también ha sido posible desarrollar una opción de tratamiento específico. A los pacientes se les puede administrar una sustancia activa que ayuda a combatir la trombosis. Sin embargo, el tratamiento con la sustancia activa sólo es posible después de la formación de un coágulo de sangre, no se puede usar de forma preventiva. "Como estos resultados ya han sido comunicados de forma extensa a las clínicas, la vacunación puede continuar con AstraZeneca. Las personas afectadas pueden ser tratadas directamente", dijo el Centro Médico Universitario de Greifswald.
El ministro de Sanidad alemán, Spahn, ha indicado que el Instituto Paul Ehrlich examinaría los resultados de la Universidad de Greifswald, obtenidos gracias también a la colaboración de médicos alemanes y austriacos. Hasta ahora no han sido examinados por expertos independientes, aunque está previsto que se publiquen en la revista científica The Lancet, según aclara un comunicado de la propia universidad.
También hay que investigar si la reacción se debió a la propia vacuna o al vector, es decir, al envase del principio activo, o si se trató de una reacción inflamatoria general como respuesta inmunitaria a la vacunación.
Investigadores noruegos ya habían informado sobre un supuesto similar: Pål André Holme, del Hospital Universitario de Oslo, también había dicho que sospechaba que la formación de los coágulos podía deberse a una fuerte respuesta inmunitaria y a los anticuerpos que se crean en el proceso, que se acoplan a las plaquetas de la sangre y las activan. Sin embargo, hasta ahora estas explicaciones eran especulativas.
La Sociedad para la Investigación de la Trombosis y la Hematostasis ya ha publicado las recomendaciones correspondientes ante la sospecha de un caso de este tipo, entre las que se encuentran qué pruebas que pueden utilizarse para identificarlas.
Más de 20 millones de personas en Europa han sido ya vacunadas con la vacuna de AstraZeneca. En algo menos de 20 casos, se produjeron raros coágulos de sangre en las horas y días siguientes a la vacunación. Varios países europeos suspendieron la vacunación días atrás con el preparado de AstraZeneca tras detectarse varios casos de trombosis de las venas cerebrales relacionadas en el tiempo con la administración de esta vacuna.
La Agencia Europea del Medicamento no ha encontrado una relación causal directa entre la vacuna y estas reacciones, por lo que considera la vacuna como segura.