Una nueva madrugada de bombardeos israelíes sobre Gaza ha elevado al menos a 188 la cifra de muertos en la franja palestina desde el comienzo de la actual escalada bélica, que alcanza este domingo su séptima jornada. Según ha informado el Ministerio de Sanidad del enclave costero, del total de muertos, 55 son niños, mientras que el número de heridos en Gaza ha alcanzado los 1.225. Los ataques israelíes de esta madrugada consistieron en 50 bombardeos en menos de 15 minutos e incluyeron la destrucción de la residencia familiar del líder del movimiento islamista Hamás, Yahya Sinwar, que sin embargo no se encontraba en su vivienda. El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido esta tarde para analizar la escalada de violencia en Oriente Próximo y atajar el conflicto. De momento, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha asegurado que la ONU va a «cooperar de forma activa» y ha hecho un llamamiento al cese «inmediato» de los enfrentamientos. «Los combates deben cesar, deben cesar inmediatamente, hay que poner fin a los ataques con cohetes y morteros por una parte (Hamás) y los ataques aéreos y de artillería por otra (Israel). Insto a todas las partes a que presten atención a este llamamiento», ha declarado. Según testigos presenciales en Gaza, la ola de ataques israelíes de esta madrugada fue la mayor desde el comienzo de la actual escalada e incluyó entre sus objetivos a edificios civiles. Los testigos afirmaron además que cinco edificios fueron impactados en la Ciudad de Gaza sin previo aviso, causando la muerte de al menos cinco civiles, incluidos tres niños, que se encontraban dentro y cuyos fallecimientos fueron confirmados por un portavoz de Sanidad. El Ejército israelí explicó que entre los objetivos atacados esta madrugada se incluyó, además de la residencia del líder de Hamás, la vivienda familiar de su hermano, Mohamad Sinwar, que fue evacuada antes del ataque. Estos bombardeos israelíes se produjeron en simultáneo con el lanzamiento de cohetes desde Gaza, que no cesó durante la noche, en la que, según un portavoz militar israelí, se registraron más de 130 disparos. Por otra parte, los ataques siguieron a una fuerte ola de cohetes lanzada esta madrugada hacia Tel Aviv, que había sido anunciada previamente por el líder del brazo armado de Hamás, Mohamad Deif, y que se extendió a múltiples ciudades del centro de Israel. Según el Ejército israelí, estos disparos elevaron a cerca de 2.900 los proyectiles lanzados desde el comienzo de la actual escalada bélica, de los cuales unos 450 cayeron dentro del enclave y unos 1.150 fueron interceptados por el sistema antimisiles israelí, Cúpula de Hierro. Estos disparos han dejado ya un saldo de 10 muertos en Israel, ocho de ellos por impactos de cohetes y dos por caídas mientras corrían a los refugios antiaéreos. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha mantenido este sábado sendas conversaciones telefónicas con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, y con el presidente palestino, Mahmud Abbas, con la intención de rebajar la tensión ante la escalada de los ataques israelíes y de las milicias palestinas y la tensión en Jerusalén. Netanyahu ha agradecido a Biden su apoyo «incondicional» a Israel y ha asegurado que están intentando evitar víctimas civiles, ha informado la Embajada israelí en Washington. Esta es la segunda vez que Biden y Netanyahu conversan desde el inicio de las hostilidades, el pasado lunes. Según el comunicado de la Casa Blanca, Biden «ha reafirmado su apoyo firme al derecho de Israel a defenderse de los ataques con cohetes de Hamás y otros grupos terroristas» y ha planteado «su preocupación por la seguridad de los periodistas» y la necesidad de «garantizar su protección», en referencia a la destrucción en un bombardeo israelí de una torre de Ciudad de Gaza sede de la agencia de noticias estadounidense «The Associated Press» y de la cadena panárabe «Al Jazeera». La Casa Blanca ha informado además en un comunicado aparte de la llamada de Biden y Abbas, con quien no habría tratado la cuestión de los bombardeos israelíes en Gaza. Biden ha incidido en que Hamás «cese el lanzamiento de cohetes sobre Israel», indica el texto. Abbas y Biden «han expresado su preocupación compartida por la trágica pérdida de vidas de civiles inocentes, incluidos niños», prosigue. Además, Biden ha recordado la reciente decisión de Washington de reanudar la ayuda humanitaria y económica para los palestinos de Cisjordania y Gaza. Israel ha defendido ante la ONU su campaña de bombardeos en Gaza, asegurando que está tomando todas las medidas posibles para proteger a los civiles, y ha acusado a Hamás de ser el responsable de las muertes y de iniciar las actuales hostilidades en un intento por hacerse con el poder también en Cisjordania. El embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, ha responsabilizado al grupo islamista de las bajas civiles registradas en la franja, asegurando que mientras Israel usa bombas para proteger a sus niños, Hamás usa niños para proteger sus misiles. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, los bombardeos israelíes de la pasada madrugada se saldaron con la muerte de 42 personas, entre ellas diez niños y 12 mujeres, elevando la cifra total de muertos desde el inicio de la escalada a al menos 188. El representante israelí ha insistido en que su país ataca a terroristas, mientras Hamás dispara contra civiles en Israel y usa a su población como escudos humanos. Erdan, en una intervención por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad, ha dejado claro que Israel va a hacer «todo lo necesario para defender» a sus ciudadanos de lo que ha calificado como un «masivo ataque no provocado por parte de Hamás». Según el diplomático, la actual escalada es fruto de una jugada política del movimiento islamista para tratar de hacerse con el poder en Cisjordania y reemplazar a la Autoridad Nacional Palestina. «Hamás se frustró el mes pasado cuando el presidente (Mahmud) Abás pospuso las elecciones palestinas tras no haberlas celebrado durante 15 años y buscó otra forma de obtener el poder. Lamentablemente, eligió escalar las tensiones en Jerusalén como un pretexto para empezar esta guerra», ha asegurado. Por su parte, el ministro palestino de Exteriores, Riyad al Malki, ha denunciado ante la ONU los ataques israelíes sobre Gaza y ha demandado a la comunidad internacional que los condene y tome medidas para detener esta «agresión» y para acabar con el «apartheid» creado por las autoridades israelíes. «No hay palabras para describir los horrores que nuestra gente está sufriendo», dijo Al Malki en una intervención por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El jefe de la diplomacia palestina ha destacado el alto número de víctimas civiles, incluidos muchos niños, que están dejando los bombardeos israelíes en Gaza y acusó al mundo de ser, de algún modo, cómplice. «Cada vez que Israel oye a un líder extranjero hablar de su derecho a defenderse, se envalentona aún más para seguir asesinando a familias enteras mientras duermen», ha asegurado. «¿Cuántos civiles palestinos asesinados hacen falta para una condena?», se preguntaba Al Malki, que acusó a Israel de cometer «crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad». En ese sentido, el ministro reflexionaba sobre qué tienen derecho a hacer los palestinos para resistir y defenderse: «¿Es terrorismo la violencia cuando la cometen los palestinos y defensa propia cuando la comete Israel?», se preguntó. Al Malki ha enumerado toda una serie de medidas que la comunidad internacional podría tomar para frenar a Israel, desde el despliegue de fuerzas de protección a la imposición de un embargo de armas, y demandó a las potencias del Consejo de Seguridad que asuman su responsabilidad para impulsar la paz. Asimismo, ha declarado que el conflicto no se resolverá mientras no se garantice que «Israel pague un precio por la ocupación en lugar de llevarse sus beneficios» y se deje de exigir a los palestinos que coexistan con «sus ocupadores». «Nuestra gente nunca se va a rendir o renunciar a sus derechos. La libertad palestina es la única vía a la paz y, dado que la paz es responsabilidad de este Consejo, ayudar a conseguir la libertad de Palestina es su deber legal y moral», ha concluido.