Detectada por primera vez en el espacio una molécula clave para la vida
Una molécula que contiene cuatro elementos químicos fundamentales para la vida: oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno
Madrid
Un equipo científico internacional liderado el Centro de Astrobiología ha descubierto por primera vez en el espacio etanolamina, una molécula que contiene cuatro elementos químicos fundamentales para la vida: oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno. El descubrimiento se ha producido en una gigantesca nube molecular que está situada cerca del centro de nuestra galaxia y ha sido posible al utilizar dos potentes radiotelescopios (de 30 y 40 metros de diámetro) que están situados en Granada y en Guadalajara.
La etanolamina forma parte de las moléculas que constituyen las membranas de las primeras células, unos elementos que fueron cruciales en el origen y evolución temprana de la vida en la Tierra. En concreto, estos científicos calculan que mil billones de litros de esta molécula esencial para el origen de la vida podrían haber sido transferidos a la Tierra primitiva mediante impactos de meteoritos y esto equivale al volumen total del lago Victoria, el más grande de África, según los resultados de este estudio que publica la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS).
"Nuestros resultados sugieren que la etanolamina se sintetiza eficientemente en el espacio interestelar en nubes moleculares donde se forman nuevas estrellas y sistemas planetarios", destaca Víctor Rivilla, el científico español que ha liderado este proyecto internacional.
Impactos meteoríticos
La aparición de las membranas en las primeras células representa un hito crucial en el origen y la evolución temprana de la vida en la Tierra, ya que se encargan de mantener unas condiciones estables en el interior de las células, protegiendo de este modo tanto el material genético como la maquinaria metabólica. "Sabemos que un amplio repertorio de moléculas prebióticas podría haber llegado a la Tierra primitiva a través del bombardeo de cometas y meteoritos”, explica también Izaskun Jiménez-Serra, investigadora del Centro de Astrobiología y coautora de este estudio.
De hecho, estos investigadores han hallado que el valor de la abundancia en el medio interestelar de la etanolamina en relación con la del agua indica que la etanolamina se formó probablemente en el espacio y pudo ser transferida a los meteoritos más tarde.
El descubrimiento de la etanolamina viene a sumarse a las primeras detecciones en el espacio de otras moléculas de gran interés astrobiológico, como la hidroxilamina o el ácido tiofórmico.
Los científicos del Centro de Astrobiología (que depende del CSIC y el INTA) continuarán en los próximos años con esta búsqueda en el medio interestelar de moléculas precursoras de la química prebiótica. Porque, debido a la mejora de la sensibilidad de los radiotelescopios actuales y los de próxima generación, los astrofísicos serán capaces de detectar en el espacio moléculas cada vez más complejas y que pudieron dar lugar a los tres componentes básicos para la formación de la vida: los lípidos (que forman las membranas), los ácidos nucleicos ARN y ADN (que contienen y transmiten la información genética), y las proteínas (que se encargan de la actividad metabólica).
En suma, concluye Víctor Rivilla, "comprender cómo se forman estas semillas prebióticas en el espacio podría ser clave para entender el origen de la vida".
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...