El moco marino asfixia el mar
Esta masa viscosa de microorganismos no es peligrosa para los humanos, pero actúa de forma asfixiante para el ecosistema del lecho marino. El ecosistema del mar de Mármara, en Turquía, está en peligro
El moco marino asfixia el ecosistema. / Atlas
Madrid
Una espesa capa de espuma y mucílago marino cubre estos días amplias partes de la costa de Estambul y del mar de Mármara. Debido al calentamiento del planeta, este fenómeno, que puede tener graves consecuencias para la vida marina, amenaza con convertirse en anual, advierten los científicos.
La amenaza del moco marino en el ecosistema del mar de Mármara cada vez preocupa más a los expertos. La masa gelatinosa formada por microorganismos se ha extendido al sur de Estambul y hay nuevas imágenes bajo el agua que muestran esta amenaza.
El moco marino ha inundado de color grisáceo el puerto y la costa de la capital turca. Aunque no es peligrosa para los humanos, actúa de forma asfixiante para el ecosistema del lecho marino. Esta semana ha comenzado un gran campaña de limpieza.
Polución y cambio climático
El manto viscoso tiene su origen en la polución que hace proliferar estos organismos en el agua y las consecuencias del cambio climático hacen el resto.
Las autoridades turcas han anunciado que declararan el mar de Mármara zona protegida a finales de este año. También quieren poner en marcha un plan para evitar que los residuos acaben en el mar.
Esta sustancia viscosa derivada de microalgas y fitoplancton reduce el oxígeno disponible en las aguas y también dificulta la pesca al ensuciar las redes y, por supuesto, ahuyenta a cualquiera que tenga intención de bañarse, aunque la espuma en sí no es tóxica para el ser humano. "Tóxico no, pero en primer lugar es feo, no debería estar ahí, y en segundo lugar consume oxígeno, lo que sí puede llevar a la muerte de otros organismos", dice Ahmet Kahraman, presidente del Colegio de Ingenieros Ambientales de Turquía.
El periodista de la agencia EFE Ilya U. Topper, que ha entrevistado a este experto, relata que los científicos temen que el fenómeno ha venido para quedarse, al confluir varios factores, como el aumento de la contaminación del mar de Mármara por aguas fecales debido al crecimiento de la población de Estambul, y las subidas de la temperatura del agua debido al calentamiento global. "Se juntan varios factores en un complejo cuadro de condiciones. La temperatura, los nutrientes que llegan con los desechos que producimos, el valor pH... todo se une en un proceso", explica el ingeniero.
Y como ninguno de estos factores se puede fácilmente frenar o revertir, lo más probable es que Estambul se tenga que acostumbrar a vivir un tiempo al año con una especie de mar blanco en lugar del azul de siempre.
"El mucílago se puede convertir en algo estacional. Una vez que hemos empezado a verlo, probablemente el año que viene lo veremos de nuevo, y el próximo también y el próximo. Y cada año será un poco más extendido que ahora", vaticina Kahraman. "A largo plazo hay que controlar las fuentes de contaminación. Hay que proteger los afluentes", advierte.