Ciencia y tecnología
Coronavirus Covid-19

Un nuevo tratamiento detiene la formación de trombos generados por algunas vacunas contra la COVID

Un equipo de científicos canadienses ha demostrado la eficacia de un nueva terapia para las personas que sufren coágulos sanguíneos tras la administración de una vacuna contra la COVID

Una científica trabajando en el Laboratorio de Inmunología Plaquetaria de la Universidad canadiense de McMaster. / McMaster University

Madrid

Un equipo de científicos de la Universidad McMaster de Canadá ha demostrado la eficacia de una nueva terapia que salva vidas en las personas que sufren coágulos sanguíneos tras la administración de una vacuna contra la COVID.

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Los investigadores del Laboratorio de Inmunología Plaquetaria de la Universidad canadiense de McMaster recomiendan un doble tratamiento, una combinación de fármacos anticoagulantes con altas dosis de inmunoglobulina intravenosa, para poder combatir los trombos que provocan en algunas personas vacunas contra la COVID-19, como la de AstraZeneca.

La eficacia de esta nueva terapia ya se ha demostrado en tres pacientes canadienses que recibieron la vacuna AstraZeneca y que después desarrollaron coágulos sanguíneos.

En concreto, dos de ellos sufrieron coágulos en las piernas y el tercero tenía coágulos que bloqueaban arterias y venas dentro de su cerebro.

"Si fuera un paciente con trombos, le diría que conocemos un enfoque de tratamiento. Podemos diagnosticarlo con precisión con nuestras pruebas, tratarlo y sabemos exactamente cómo funciona el tratamiento", ha explicado el doctor Ishac Nazy, director científico de este laboratorio universitario.

"Nuestro trabajo es comprender este mecanismo de la enfermedad para que podamos mejorar el diagnóstico y el manejo del paciente. Este estudio reúne diagnósticos de laboratorio exitosos y atención al paciente", concluye este profesor de medicina.

Probado con éxito

En cambio, las muestras de sangre tomadas de estos tres pacientes después del tratamiento mostraron una activación plaquetaria mediada por anticuerpos reducida en todos los casos.

De hecho, las pruebas de laboratorio posteriores en muestras de sangre de pacientes demostraron cómo altas dosis de inmunoglobulina, junto con medicamentos anticoagulantes, apagaban la activación plaquetaria y detenían la formación de coágulos.

Los trombos se forman cuando los anticuerpos generados por la vacuna atacan una proteína de la sangre, llamada factor plaquetario 4 (PF4). Esto provoca la activación de las plaquetas en la sangre, lo que, a su vez, hace que se agrupen y formen coágulos.

Sin embargo, este equipo de científicos canadienses también subraya que la formación de trombos tras la administración de una vacuna es “es un trastorno poco común, independientemente de la edad de las personas”.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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