Joaquim Bosch explica por qué el castellano es la lengua oficial del Estado y no el español
El magistrado dedicó un hilo en su cuenta personal de Twitter para explicar esta historia
Madrid
Toni Cantó fue puesto al frente de un organismo llamado 'Oficina del Español' creado por Isabel Díaz Ayuso, pues que ha generado multitud de críticas y debates. El ex de Ciudadanos ha asumido este nuevo puesto con un sueldo de 75.000 euros anuales. Más allá de las capacidades de Cantó para desempeñar el puesto y las tareas que llevará a cabo este nuevo organismo, hay quien ha puesto en duda el nombre de la oficina.
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Este ha sido el caso del magistrado y portavoz territorial de Juezas y Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch, quien ha abierto un hilo en su cuenta de Twitter en el que explica que la Constitución establece que el nombre del idioma oficial del Estado es el castellano y no el español.
"Sobre la llamada 'Oficina del Español de Madrid', la Constitución establece que el nombre oficial es el castellano y no el español. Todas nuestras lenguas son españolas. Y todas deben respetarse, protegerse y usarse, que es lo contrario de alentar disputas entre idiomas", señala Bosch en el tweet que abría el hilo.
Esta denominación generó varios debates hasta llegar a la definición estipulada en el Artículo 3 de la Constitución donde se establece que “el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Por lo tanto, Bosch asegura que el nombre dado a la oficina de Cantó es contrario “al mandato constitucional de respeto institucional a la diversidad lingüística”.
“Resulta bastante contradictorio que quienes consideran sagrada la Constitución solo acepten lo que les gusta y pretendan ignorar lo que les desagrada”, explica el magistrado en su hilo de Twitter. La razón es que la utilización del término “español” en lugar de “castellano” es menos inclusivo con respecto al resto de lenguas del Estado, las cuales también son lenguas españolas. “Se consideró que denominarla “español” podría generar discriminación hacia otros idiomas”, explica Joaquim.