De retirarse en Sidney a volver a competir para salvar a su hijo: la historia más conmovedora de los JJOO
La gimnasta de Uzbekistán se retira de los Juegos Olímpicos tras haber participado en ocho ediciones en su carrera
En esta segunda jornada de Juegos Olímpicos de Tokio 2020 nos ha dejado una imagen para el recuerdo: la despedida de Oksana Chusovitina en sus últimos Juegos Olímpicos de su carrera.
Chusovitina se ha convertido en la atleta más longeva de los Juegos Olímpicos al participar a sus 46 años y siendo su octava participación olímpica. También ha sido abanderada en cuatro ocasiones.
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Continuó su carrera por su hijo
Chusovitina nació el 19 de junio de 1975 en Boukhara, Chusovitina empezó su carrera en la URSS, pero sus primeros Juegos fueron en Barcelona 1992, tuvieron lugar bajo los colores del equipo unificado de las ex-repúblicas soviéticas.
Consiguió su primera medalla de oro olímpica en Barcelona y dieciséis años después obtendría su segunda medalla, esta vez de plata en salto del potro.
Tenía previsto retirarse de los Juegos en el año 2000, tras el nacimiento de su hijo Alisher. Pero con solo tres años de edad le diagnosticaron leucemia. Chusovitina decidió retomar el deporte de alta competición con el fin de recaudar dinero para el tratamiento de su hijo.
En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 la atleta participó con la delegación de Alemania, ya que residía allí desde el año 2002.
En 2012 ya empezó a representar a Uzbekistán donde es considerada como heroína nacional, incluso disponen de sellos con su efigie. Aunque no volvió a conseguir ninguna medalla.
Sus últimos Juegos Olímpicos
"Me encanta la gimnasia. Me digo: ¿por qué no entrenar y competir mientras todavía puedo?", comentaba Oksana Chusovitina en 2020 para explicar su increíble longevidad: "Si parara, creo que me arrepentiría mucho".
Hoy ha sido la última vez que veremos sobre el tapiz a la gimnasta uzbeca. Chusovitina se quedó a las puertas de disputar la final de gimnasia con un resultado de 14,166.
En su despedida, ha recibido una gran ovación por parte de los demás participantes, jueces y miembros que conformaban la organización de la prueba. Una ovación que da reconocimiento a su incansable lucha por ayudar a su hijo y los años de dedicación y esfuerzo en sus ocho Juegos Olímpicos.