Una periodista, desde la frontera entre Polonia y Bielorrusia: "Se sienten víctimas de un gran engaño"
La aerolínea bielorrusa dejará de admitir a pasajeros iraquíes, sirios y yemeníes en vuelos desde Turquía y cierra una de las rutas utilizadas por los migrantes para llegar a Minsk y desde allí a la frontera con la Unión Europea
La Comisión Europea ha aplaudido la decisión
Ane Irazabal, periodista desde la frontera entre Polonia y Bielorrusia: "Se sienten víctimas de un gran engaño"
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Moscú
La aerolínea estatal bielorrusa Belavia ha anunciado esta mañana que dejará de aceptar a ciudadanos de Irak, Siria y Yemen en vuelos desde Turquía a Bielorrusia, con lo que cierra una de las rutas utilizadas por los migrantes para llegar a Minsk y desde allí a la frontera con la Unión Europea.
"En virtud de la decisión de las autoridades competentes de Turquía, a partir de hoy los ciudadanos de Irak, Siria y Yemen no serán admitidos en vuelos entre Turquía y Bielorrusia", señaló la compañía en un breve comunicado en su página corporativa. La Comisión Europea ha agradecido a Turquía su decisión de no permitir que ciudadanos de Siria, Irak o Yemen vuelen desde ese país a Bielorrusia para luego llegar hasta la frontera de la Unión.
Miles de personas se agolpan en la frontera de Bielorrusia con varios países de la Unión Europea, principalmente Polonia, como resultado de una llegada masiva de la que el bloque comunitario responsabiliza directamente al régimen de Alexander Lukashenko, que ha amenazado con todo tipo de represalias por las sanciones externas.
La periodista de ETB, Ane Iriazábal, ha explicado esta mañana en 'Hoy por hoy' cómo está la situación sobe el terreno. Se encuentra en la frontera de Polonia con Bielorrusia. Ha explicado que en esa zona noreste de la fronteras hay pueblos pequeños y que su población es conservadora. "Percibimos que tienen miedo a lo desconocido", ha explicado.
En la frontera hay una "fuerte" presencia de fuerzas de seguridad, hasta 20.000 guardias fronterizos, ha explicado la periodista cuando los migrantes son varios cientos.
La mayoría de los son kurdos iraquíes y hay algunos sirios. "Se sienten víctimas de un gran engaño. Se enteraron de que Bielorrusa había abierto frontera y podían pasar. Lo que no sabían es que se iban a encontrar una valla alambrada. El destino siempre es Alemania. Es su sueño dorado", explica la periodista a quien le recuerda mucho a lo que pasó con los Balcanes, pero con una diferencia fundamental: "El problema es que no podemos acceder a la zona donde están los inmigrantes. Esa es la gran diferencia".