Alfonso XIII, el rey que se obsesionó con el porno
La obra 'Alfonso el Africano', en el Centro Dramático Nacional, indaga en la afición del Borbón por el cine erótico desde el espectáculo de varietés
Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena, que reinó bajo el nombre de Alfonso XIII y fue el abuelo del rey emérito y bisabuelo de Felipe VI. Un monarca de vida liberal que acabó en el exilio con la llegada de la Segunda República. Durante su reinado se produjeron algunos desastres que todavía se mantienen hoy. Durante su reinado, su gran pasión fue producir películas porno, películas sicalípticas, como se las llamaba en ese momento.
"Mientras Alfonso compartía sus producciones pornográficas con sus compinches de correrías, en España se iba gestando un malestar social que finalmente conduciría a la proclamación de la II República y a la marcha forzada del país del Africano. Esta pequeña anécdota concentra buena parte de los elementos que han marcado la historia moderna de España, retratando la indolencia de una clase poderosa ocupada en la consumación de sus caprichos más que en la situación del Estado", dice Chiqui Carabante, director y creador de Alfonso el africano, obra de teatro que estrena el Centro Dramático Nacional el próximo 17 de noviembre.
La ficción española ha tratado poco o nada a la monarquía y eso que ha centrado la historia de nuestro país. Al contrario que la ficción británica que la retrata desde ángulos muy diferentes, la española solo ha hecho algún telefime laudatorio o documentales, con la excepción de El rey, la obra de Alberto San Juan en el Teatro Del Barrio. A aquella sátira, se suma este espectáculo, que ahonda en el humor, en la farsa y en la tragedia pero salpicada de vodevil. "El lenguaje tiene que ver con el espectáculo circense, que cuenta con música de principios del siglo XX", dice Vito Sanz, actor y uno de los creadores del texto, cuando Carabante, Juan Vinuesa y Font García. Los cuatro fundaron hace seis años la compañía Club Caníbal y con ella han aterrizado en el María Guerrero.
"Si tienen que detener a alguien que nos detengan a nosotros", dice entre risas Vito Sanz que detalla que el espectáculo tiene un trazo esperpéntico, es un entramado de escenas en el que entran y salen personas". "Se parece a un programa de televisión de los 70, navegamos muy bien en la caspa, nos hace gracia lo español, nos sentimos muy españoles", explica Chiqui Carabante.
La obra cuenta como Alfonso XIII, orgulloso, muestra en su sala de proyección las películas pornográficas que ha producido. Decepcionado, escucha las mofas de sus amigotes sobre las actrices que aparecen en pantalla: mujeres desfondadas y carentes de encanto. ¿Cómo era Alfonso XIII? "Creemos que era un indolente, que pasaba muchas cocas en el país y no le afectaban, tomaba partido en contra de la ciudadanía y la realidad le explotó en la cara", dice Carabante.
No intentamos provocar por provocar, eso es muy fácil", añade Vito Sanz, quien asegura que la censura no entra en este pieza teatral, "intentamos ser creativos, pero cada uno de nosotros tenemos alertas, y si hacemos critica, se hace con respeto", concluye el director.