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Una nueva variante de COVID, con más de 30 mutaciones, divide la opinión de los expertos sobre su peligro

Mientras que algunos señalan que "podría ser más contagiosa que la variante sudafricana", otras piden paciencia antes de hacer saltar las alarmas: "Necesitamos más evidencias para saber cómo de peligrosa puede llegar a ser"

Un científico comparando variantes de COVID representadas / Getty Images

Madrid

Tom Peacock, virólogo del departamento de Enfermedades Infecciosas de la Imperial College de Londres, publicó en su cuenta de Twitter el pasado martes un estudio que ha realizado sobre una nueva variante de COVID-19. Se trata de la denominada como B.1.1.529, cuyo primer caso se registró en Botswana el pasado 11 de noviembre y apenas tres días después se detectaron seis en Sudáfrica y uno en Hong Kong. En total, hay diez casos registrados.

El virólogo detallaba un dato llamativo sobre esta nueva versión del COVID, y es que cuenta con 32 mutaciones en la denominada como proteína de pico, que es precisamente la parte del virus utilizada por casi la totalidad de vacunas para que el sistema inmunológico esté preparado para luchar contra la enfermedad. Por tanto, el experto señala dos peligros que esta nueva cepa puede tener: podría influir negativamente en la capacidad que tiene el virus para propagarse y podría reducir la efectividad de los anticuerpos que luchan contra el mismo. 

Las mutaciones que contiene la nueva variante son K417N y E484A, parecidas a las que contenía la variante Beta, además de la N440K, presente en la variante Delta, así como las P681H y N679K, que según Peacock "rara vez se observar juntas". Esta combinación de mutaciones fue calificada como "terrible" por el virólogo británico, por lo que pide "monitorearla cuidadosamente". 

Sin embargo, no existe unanimidad entre los expertos sobre hasta qué punto esta nueva variante supone un peligro real para la población. Peacock sí considera que "la cantidad increíblemente alta de mutaciones sugiere que podría suponer una preocupación real", pero también hay voces que piden prudencia. 

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La doctora María Grau Magaña, especialista en Medicina Preventiva y profesora en la Universidad de Barcelona, señala a la Cadena SER que es pronto para hacer saltar las alarmas: "Es verdad que algunos expertos han mostrado su preocupación, pero necesitamos más evidencias para saber cómo de peligrosa puede llegar a ser. Por esta razón, se trata de mantener las medidas sanitarias ahora implantadas, ya que estas han mostrado alta efectividad, como la vacunación y la mascarilla en interiores". 

Además, apunta a una solución para que se reduzca la posibilidad de continúen surgiendo nuevas variantes: "La falta de altos niveles de vacunación, particularmente en países en desarrollo, hace que haya mayor riesgo de mutación. Por otro lado, desde los países ricos se debe cooperar para conseguir altos porcentajes de vacunación en países sin tanto poder adquisitivo. La ganancia derivada de esta práctica será mutua". 

Pero Grau no es la única que se muestra en esta línea. El profesor Francois Balloux, director del Instituto de Genética del University College de Londres, declaró al Daily Mail que la nueva variante "debe ser monitoreada y analizada de cerca, pero no hay razón para preocuparse demasiado a menos que comience a aumentar su incidencia en un futuro cercano". 

Balloux indicó además cuál puede ser una de las posibles razones por las que cuente con un número tan alto de mutaciones: "Podrían haber surgido durante una infección persistente en una persona inmunodeprimida, como un paciente con Sida, ya que en las personas con sistemas inmunitarios débiles, las infecciones pueden durar meses, porque el cuerpo no puede combatirlas, lo que da tiempo al virus de mutar en un solo organismo". 

Un punto más cercano a la teoría de Peacock se ha mostrado el doctor Ravi Gupta, profesor de microbiología clínica en la Universidad de Cambridge. Reconoce que "una propiedad clave es que se desconoce la capacidad infecciosa que tiene", que es precisamente "lo que parece haber impulsado principalmente a la variante Delta", pero admite que "es difícil predecir como de transmisible puede ser en esta etapa", en declaraciones al diario The Guardian

Por último, Lawrence Young, virólogo de la Escuela de Medicina de Warwick, se atrevió a ir un paso más allá en el Daily Mail: "Esta severa carga de mutaciones, algunas de las cuales conocemos bastante en términos de transmisión peligrosa, parece que podría ser un poco más preocupante que la variante sudafricana".

Desde las autoridades de Sudáfrica, donde se encuentran la mayoría de casos, han señalado que "podemos ver que tiene un potencial muy alto de propagación", por medio de Tulio Oliveira, en una rueda de prensa. Por su parte, el profesor Richard Lessells, otro investigador presente ante los medios señaló: "Lo que nos preocupa es que esta variante no solo podría tener una capacidad de transmisión mayor, sino que también podría ser capaz de eludir partes de nuestro sistema inmunitario". 

 
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