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Iglesia Católica española

La Iglesia española condena los abusos: "No es justificación decir que sean pocos, no deberían haber existido"

Según confirma a la SER el director de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, Luis Manuel Romero, cada diócesis tendrá una oficina para la protección de abusos a menores, para prevenir que no vuelva a ocurrir o para atajar algún caso pasado o futuro

El portavoz de los obispos españoles, Luis Argüello, dijo recientemente que "solo son pequeños casos" al hablar de la pederastia en la Iglesia española

Entrevista al director de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, Luis Manuel Romero: "Hay que ser realistas, estamos en crisis, cada vez hay menos católicos"

Entrevista al director de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, Luis Manuel Romero: "Hay que ser realistas, estamos en crisis, cada vez hay menos católicos"

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Madrid

La Iglesia está en crisis en España, según ella misma reconoce. Y lo está por varios aspectos. Por un lado, están afectando enormemente a su prestigio los casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia. La única cifra oficial de casos de pederastia en la Iglesia que ha dado la Conferencia Episcopal Española (CEE), el pasado mes de abril, es de 220 sacerdotes denunciados internamente en España desde 2001.

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El portavoz de los obispos españoles, Luis Argüello, catalogó como "pequeños casos" los numerosos abusos sexuales a menores y planteó: "Hay casos en federaciones deportivas, ¿se ha pedido una investigación general al COE o a la FIFA?". "Incluso sumando todos los que han salido en los medios de comunicación, que se remontan a un período de 80 años, seguramente no pasan de mil", añadía. "Representamos el 0,8% de las denuncias de abusos que ha habido en los últimos 20 años. Y sin embargo, los abusos siguen creciendo en nuestra sociedad... ¿por qué el foco solo en la Iglesia Católica?".

Estas palabras contrastan con las que ha pronunciado a la Cadena SER el director de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, Luis Manuel Romero, que hace una mayor autocrítica y condena todo lo ocurrido sin mirar a otros sectores. "No es justificación decir que sean pocos", afirma. "Es lamentable, escandaloso y ojalá nunca hubiera existido ni un caso de abusos sexuales de menores por parte de la Iglesia", asegura haciendo autocrítica.

¿Creen que afecta al prestigio de la Iglesia en España los casos de abusos sexuales? ¿Por qué no se hace una investigación o una auditoría externa para medir el alcance real de los abusos como en Francia o Portugal?

Por supuesto que ha afectado al prestigio de la Iglesia. Es lamentable, escandaloso y ojalá nunca hubiera existido ni un caso de abusos sexuales de menores por parte de la Iglesia. Es una realidad que está ahí. Lo ha dicho el presidente de la CEE, tenemos que pedir perdón a Dios, a la sociedad, a las víctimas, porque no se tendría que haber producido ni un caso. Y no es justificación decir que sean pocos, no sé si es un 2% los contabilizados de todas las instituciones de la Iglesia. No debería haber existido ningún caso porque detrás de cada caso o cada número yo pienso en personas concretas. En daños que han sufrido, que están sufriendo, y las personas de su alrededor.

Desde mi responsabilidad, sé que se está llevando a cabo una prevención para que no vuelva a suceder ningún caso, a través de la creación de oficinas de protección de abusos a menores en todas las diócesis de España. En esta Asamblea Plenaria se va a tratar esa cuestión, que todas las diócesis tengan esas oficinas para que no suceda ningún caso. Y si sucede alguno, que rápidamente se actúe.

Nuestra actitud debe ser cero tolerancia, cero permisibilidad. No sé si la Iglesia en España tendría que hacerlo como en Francia o Portugal, no sé cuál sería el método más oportuno. La Iglesia en España ha decidido no dar la espalda a este tema sino hacerlo de otra manera, a través de una oficina en cada diócesis para ir más a lo concreto o local para controlar si hubiera algún caso de cara al tratamiento. Desde la CEE hay un protocolo general que aplica cada diócesis, no actúa la CEE como tal. Es algo obligatorio que se ha impuesto en España.

¿Y esto no supone olvidar el pasado y mirar solo al futuro?

Están para prevenir que no haya ningún caso más o si hubiera algún caso del pasado, atajarlo ciertamente. También para lo que pueda surgir que venga del pasado, que es la mayoría, y que no justifica nada y no se puede permitir, ni en la Iglesia ni ninguna institución. A mí me duele cualquier caso que haya. No sé si es la mejor manera o la peor, pero sí la fórmula que se está utilizando.

El cura de Toledo José Luis Galán en el juicio por el que sería condenado por abusos sexuales a menores.

El cura de Toledo José Luis Galán en el juicio por el que sería condenado por abusos sexuales a menores. / Isabel Infantes/Europa Press

"Hay que ser realistas, estamos en crisis"

Por otro lado, la Iglesia española también tiene un problema en el peso del catolicismo en la sociedad española, manifestado en sus sacramentos y celebraciones, ya que está cayendo año tras año el número de católicos.

El barómetro del CIS de octubre marcó la cifra de personas que se autoidentifican como católicos en España en un 55,4%, la más baja. En 1978 era del 90,5%. Y la cifra de no creyentes se ha multiplicado por cinco. Me gustaría saber qué valoración interna hacen de esta situación.

Hay que ser realistas. Cada vez hay más gente, no digo que dejen de creer, pero sí de pertenecer, y hay una crisis en ese sentido, que cada vez hay menos católicos. También hay una crisis institucional en la sociedad y la Iglesia no está exenta tampoco de ella como tal. Y cada día cuentan más en la sociedad los compromisos estables, comprometerte de manera más firme. Vivimos en la sociedad líquida, sin ataduras, donde falta también ese tipo de compromisos estables. Es una sociedad más desvinculada e individualista. Y eso le afecta también más a la Iglesia a la hora de tener más gente que pueda pertenecer a ella. Cada día hay más crisis de vocación y necesitamos apostar de manera más decidida por el laicado.

Reunión de la Conferencia Episcopal en Santiago de Compostela.

Reunión de la Conferencia Episcopal en Santiago de Compostela. / Alvaro Ballesteros/Europa Press

De hecho, no sé si coinciden, pero uno de los puntos que igual merece una mayor reflexión es la juventud, pues según esta encuesta solo el 28,2% se declaraba creyente entre los 18 y 24 años en el CIS de octubre. ¿Qué dificultades está encontrando la Iglesia para ser atractiva para los jóvenes y qué se puede hacer para recuperar ese atractivo?

Uno de los grandes retos de la Iglesia es la pastoral de la juventud, no de jóvenes, con los jóvenes. El Papa ha admitido que es un problema universal y en España también. Se trata de apostar realmente por los jóvenes, ahí está el relevo generacional, el futuro. El Papa dijo en Panamá que es el momento de los jóvenes, que no son el pasado, son el ahora. Necesitamos plantear con seriedad la pastoral de los jóvenes, escuchar a los jóvenes, piden ser escuchados.

Fundamental que cambiemos el lenguaje, la Iglesia no puede ser atractiva como no cambie el lenguaje, el modo de transmitir. Con modo me refiero a las palabras utilizadas y las plataformas, y ahí es fundamental el uso de las plataformas audiovisuales y redes sociales. La evangelización para conectar con toda la sociedad, sobre todo con los jóvenes, tiene que venir por ahí. Es evidente que con esta forma de expresarnos y de hablar tan eclesiástica y clerical es imposible que los jóvenes nos puedan entender y comprender y seamos atractivos. Con este lenguaje a los cinco minutos o menos desconectan. No conectamos con ellos, con su vida, con sus inquietudes.

¿Les ha superado la velocidad de la sociedad?

Es verdad que la sociedad va muy rápido y se producen cambios, pero la Iglesia quizás va excesivamente lenta. Por eso el Papa pide que dejemos el inmovilismo y el ‘siempre se ha hecho así’. En algunos ámbitos hacemos lo mismo que hace 20-25 años. Por qué ahora y no antes, el Espíritu Santo es quien guía a la Iglesia, y tenemos ahora la oportunidad de que los laicos tengan la voz que les pertenece, no sean de segunda categoría, y luchemos contra el clericalismo. La Iglesia es lenta, cuesta dar pasos, pero estamos guiados por él y desde la fe ahora ha sido el momento.

Por resumir, digamos que la base es la cercanía, cambiar el lenguaje y adaptarse a los nuevos tiempos.

La pregunta que se hace la Iglesia en este momento y en todo tiempo es cómo evangelizar en la sociedad actual. Necesitamos un nuevo lenguaje, cambiar horarios, estructuras, adaptarnos al nuevo tiempo, para que nuestro mensaje pueda conectar con la vida de la gente. No tiene sentido seguir hablando y respondiendo a preguntas que nadie se hace. Necesitamos una Iglesia cercana a la gente de a pie, que esté en la calle, acompañando a la gente, siendo consciente de sus problemas y desde ahí intentar transmitir el mensaje de Jesús.

Rafa Aranda

Rafa Aranda

Redactor de Cadenaser.com desde junio de 2021 sobre todo tipo de información general tras haber trabajado...

 
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