El Supremo confirma la condena a penas de cárcel para el exadministrador de Joaquín por apropiación indebida

Madrid

Una estrecha relación de amistad llevó a Joaquín a confiar la gestión de su patrimonio a Eduardo Fernández Treviño, que se hizo con el control absoluto de las finanzas del jugador del Betis entre los años 2003 y 2007.

Hasta el punto de manejar dos cuentas bancarias que abrió el futbolista. Una a su nombre y otra a nombre de su empresa. La relación entre ambos se rompió en 2007 y Joaquín contrató los servicios de otro asesor, pero hasta ese año a Fernández Treviño le dio a tiempo a realizar innumerables retiradas de dinero en efectivo, a falsificar hasta 9 veces la firma de su representado para retirar fondos e, incluso, a comprarse un duplex en Marbella al contado. En total no ha podido justificar el destino de 780.000 euros, según la sentencia de la Audiencia de Sevilla que ahora ha confirmado el Tribunal Supremo y que le condenó a cuatro años y medio de cárcel por apropiación indebida.

Dice el alto tribunal que Joaquín tenía una "absoluta confianza en el acusado que nunca rindió cuentas de su gestión" y que las pruebas demuestran "las extracciones en metálico y la falta de justificación de esas disposiciones en efectivo" por más que el acusado lo haya tratado de justificar con entregas de dinero periódicas que el futbolista hacía a su madre y con el sueldo que percibía por sus servicios.

La "gestión desleal", concluye la sentencia, queda clara ante "el injustificado incremento del nivel de ingresos del que dispuso Fernández Treviño coincidiendo con sus funciones como administrador patrimonial".